El desempeño de la gran mayoría de los atletas argentinos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, principalmente en deportes individuales, sin dudas no fue el óptimo. Es que muchos de ellos se vieron afectados, de distintas maneras, por situaciones fuera de su alcance.

A la desfinanciación, que comenzó en 2017, se le sumó el retraso del retorno a los entrenamientos por la cuarentena y la imposibilidad de participar de competencias internacionales suspendidas por la pandemia.

En un breve repaso, cuáles fueron las variables para que el deporte argentino tenga esta merma después de los tres oros y la medalla de plata conseguida en Río 2016 -como así también la gran cosecha de medallas en los Juegos Panamericanos de Lima-, que dieron muchas esperanzas, pero que terminaron truncas.

Presupuesto

Una de las causas principales -aunque no la única- fue el recorte presupuestario al ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) impulsado por el Gobierno de Macri en 2017. En aquella oportunidad, el Gobierno de turno aprobó la reforma tributaria que eliminó el inciso A del artículo 39 de la Ley 26.573 que le otorgaba al ENARD un financiamiento de una alícuota del 1% de todas las facturas de telefonía celular de la Argentina.

Este dinero le otorgaba al organismo independencia financiera para luego asignar las partidas correspondientes a cada Federación y a través de ellas, a cada deportista de alto rendimiento.

Para ponerlo en números, según un informe del portal La Tinta, en 2017 la alícuota recaudó $740.729.423 (u$s 43.850.000), en 2018 fue $1.186.742.607 (pero en u$s fueron 39.750.000). Ya en 2019 no hubo alícuota y el presupuesto nacional asignó al Enard $1.116.000.000 (apenas u$s25.750.000). De esta manera, el financiamiento quedó en manos, nuevamente, del estado nacional que otorga una partida fija degradada por la creciente inflación de los últimos años.

Todo esto sin profundizar en la degradación de la Secretaría de Deportes en Agencia, el intento de venta del Cenard y la política sectaria impuesta en 2019 -previo a los Juegos Panamericanos de Lima- donde se había revisado el sistema de becas y solo se iban a mantener las de los atletas que lograran medalla. Sin embargo, después de 101 preseas obtenidas (fue la mejor actuación argentina de la historia en Panamericanos fuera de nuestro país) el Enard dio marcha atrás y mantuvo los apoyos.

Con el cambio de gobierno, la Agencia Nacional de Deporte volvió a ser Secretaría, pero el sistema no cambió: los fondos para los atletas siguen siendo una partida fija y continúan saliendo del presupuesto anual. 

Coronavirus, salud mental y retraso en el regreso a entrenamientos

Por otro lado, la llegada de la pandemia cambió los planes en todo el mundo y este también fue el caso de los deportistas argentinos que estuvieron varios meses sin poder entrenarse. En junio 2020 se habilitó a los atletas clasificados a Tokio, para que puedan volver a su actividad bajo estrictos protocolos. Desde que se postergaron los Juegos Olímpicos, el discurso fue el mismo: era muy difícil entrenarse en medio de la incertidumbre y sin un objetivo claro. Las restricciones a nivel mundial también provocaron que muchos de los deportes de conjunto no pudieran tener roce a nivel mundial. En algunos casos, fueron 18 meses sin competencias internacionales. A pesar de esto, si bien fue un factor influyente, la pandemia no fue determinante.

En el caso de los atletas argentinos, Delfina Pignatiello anunció que dejará de estar presente en plataformas y redes sociales ya que se sintió muy afectada por las críticas tras su mala actuación en 800 y 1500 metros. A su vez, Belén Casetta, atleta en 3000 mts con obstáculos, se contracturó en medio de la carrera y declaró en conferencia de prensa: “Tuve nervios todos los días para que no me diera positivo. Ahora me vuelvo a casa y quiero olvidarme de todo”, en referencia al positivo de Germán Chiaraviglio quien se quedó afuera de la competencia de salto en garrocha por estar contagiado de covid.

El judoca tucumano Emmanuel Lucenti se vio obligado a vender su auto y otras pertenencias para poder obtener el boleto de avión a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el cuarto en su cuenta personal. Lucenti quedó eliminado en 24 segundos y tras la derrota explotó contando su historia. “Tuve que vender todo para poder seguir financiándome. Auto, los televisores de casa, el ultrasonido, el magneto. Sacar préstamos. Cada viaje me costaba 200 o 300 mil pesos. Gracias a Dios tuve mucho apoyo de la familia”, indicó el judoca.

También dijo que no tiene posibilidad de trabajar porque entrena tres veces al día. “Fue muy duro. Me tocó dormir en aeropuertos para ahorrar dinero… Fue bastante complejo”, sentenció Emmanuel, en cuanto a competencias pasadas durante su carrera deportiva.

Además de las presiones, de la desfinanciación, muchos deportistas se vieron afectados por el retraso en la habilitación de los entrenamientos en 2020. Delfina Pignatiello señaló que durante la cuarentena en Argentina estuvo al menos 8 meses sin poder realizar sus respectivos entrenamientos pensando en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 cuando sus rivales retornaron mucho antes. Durante ese período de tiempo, se manifestó en desacuerdo con esta decisión en varias ocasiones y en un momento hasta pensó en retirarse. 

Del Instagram de vickybardach

La visión de los olímpicos sanfrancisqueños

En entrevistas realizadas con Daniel Felizia y Alicia Boscatto, los deportistas explicaron la importancia del Enard, de la financiación y de la necesidad de una política deportiva que transcienda los Gobiernos de turno.

Felizia, contó que antes de la creación del Enard el apoyo era relativo y casi a dedo. Recién después de 30 años de estar en la elite, el tirador local pudo trabajar con apoyo del estado -a través de la Federación- y tener una preparación casi a nivel profesional, aunque también casi en el ocaso de su carrera. "El Enard fue un quiebre en la vida del deportista de alta competencia porque empezaron a haber recursos, empezó a haber previsibilidad. Antes para cada cosa la Federación presentaba un expediente en la Secretaría de Deportes, faltaban dos meses para la competencia y no te decían si te daban el dinero o no ¿y qué hacías? ¿te entrenabas o no? ¿a full o a medias? para entrenarte no solo gastás dinero, gastás energía, gastás cabeza y te entrenabas y no sabías si ibas a viajar; y la Federación iba todos días a la Secretaría y te decían que pongas vos la plata, que si salía te la reponían, y bueno… Hasta el año 2010 era incertidumbre y el apoyo era bastante relativo, cuando apareció Enard hubo fondos previsibles porque el Enard tenía independencia del gobierno, tenía recursos propios de un fondo especial y entonces a la Federación de tiro le daban tanta plata al año y la Federación decía, vamos acá o vamos acá, estos van o hay tantas plazas y vos sabías faltando tres meses para una competencia si ibas o no, algo básico", remarcó.

Por su parte, Boscatto fue una de la mejores nadadoras del mundo en la década del 80, sólo pudo recibir apoyo de la Provincia de Santa Fe y del club Gimnasia y Esgrima ya que en ese momento no existía el Enard. Se retiró a los 28 años, cuando le quedaban al menos unos 4 o 5 años más de competencia en alto rendimiento -según contó en diálogo con este medio-.

En ese marco, la nadadora local se mostró preocupada y resignada ante la falta de políticas deportivas. "Mientras no exista una política de Estado no va a haber nunca una política deportiva… pasa que el Gobierno un día es blanco, el otro día es negro, que cuando se va al negro se pelea con el blanco, y así, y lo que hizo el blanco está mal o porque lo que hizo el negro. Tengo 60 años, tengo uso de razón fácil para esto desde hace más de 40 años, desde 1980 que fue cuando empecé a vivir sola y tuve que manejar mi dinero, y los deportistas vivimos siempre a los tumbos", sentenció.

"Por ejemplo, el caso de la chica gimnasta, que fue la más joven de toda la delegación con 17 años e hizo una actuación espectacular, a esa chica la nominaron 15 días antes. Tenemos 12 horas de diferencia con el Japón lo que quiere decir que nuestro organismo necesita al menos 15 días de adaptación. Esto se llama círculo circadiano y eso no se lo puedo modificar nadie, te lo modifica tu organismo. Es la adaptación de nuestro cuerpo el sistema horario, así como cuando uno te vas de acá para Europa… Pero bueno, nosotros tenemos todavía un país que no ha despegado y dudo que yo lo vea despegar a esta altura del partido. Me parece que se necesita mucho tiempo y muchas cosas que no se van a dar ahora, así que es triste, muy triste, pero bueno, el deporte argentino es eso", agregó.

Con información de Página 12 / La Tinta / Olé