De San Isidro en la Liga B, a Uncaus en el Torneo Federal de Básquet. De allí a Ciclista de Junín en el TNA y tras conseguir el ascenso con el equipo juninense a jugar Liga Nacional, para que después de un año, Peñarol de Mar del Plata ponga los ojos en él. Ese ha sido el paso hasta aquí de Roberto Acuña, por el básquet vernáculo. Camino que dentro de quince días lo verá pisar Río de Janeiro con la camiseta de la selección argentina en los Juegos Olímpicos al lado de Scola. Ginóbili, Nocioni y compañía.

La parte final del trayecto de Acuña está guiado por Sergio Hernández, tanto en Peñarol como en la nacional de básquet, pero antes del ”oveja”, hubo dos personas claves en el crecimiento de Roberto a la hora de jugar este deporte. Uno fue Daniel “Pirincho” Beltramo, que le dio espacio, continuidad y fundamentos en San Isidro, donde Acuña firmó su primer contrato como profesional. Y el otro fue Julián Pagura, que lo reclutó del Torneo Federal, cuando el pivote jugaba en Uncaus de Chaco tras haber dejado nuestra ciudad, para llevarlo a Ciclista Juninense que disputaba el TNA, donde Acuña explotó profesionalmente.   

La alegría de ambos pasa más por Roberto que por ellos, pero en ambos entrenadores, uno el de San Isidro y el otro de Unión de Santa Fe, hay un dejo de orgullo personal, porque para ambos Acuña fue una apuesta: “La verdad que contento por él, por el trabajo que hizo, lo tuve dos temporadas en Ciclista y he visto su evolución desde cuando jugaba en el Federal jugando en Uncaus, tuve muchas charlas con él, pude inculcarles un montón de situaciones, pero principalmente creo que ha hecho un clic en su cabeza antes de que termine el TNA jugando en Ciclista y después cuando arrancamos la Liga Nacional empezó a trabajar mucho en su cuerpo, la dieta, el gimnasio, y después condiciones tenía; sé que ha trabajado mucho para llegar donde está. Obviamente que verlo ahora donde ha llegado después de trabajar dos años y tener una excelente relación a uno le da orgullo. Pero es todo mérito de él “, asegura Pagura a El Periódico.

La misma felicidad mezcla con satisfacción personal siente Beltramo: “Me sentí extremadamente feliz, pero no porque considere que yo tenga mucho que ver en eso, sino porque es un chico extraordinario. Que era un gusto entrenarlo todos los días, que se entregó al cien por ciento para aprender, así que la verdad una alegría inmensa porque sé del sacrificio que hizo él y su familia para que se le esté dando”. 

Enseñar a crecer

“Tuvimos una charla en su primer mes en Liga Nacional y yo le dije: Roberto, la diferencia que tenés con los excelentes pivotes que hay en la Liga es el peso. Que vos no los podés aguantar en el uno a contra uno, entonces si no mejorás 10 u 11 kilos de masa muscular, no lo vas a poder hacer. El tipo al toque empezó con nutricionista, gimnasio, todo por cuenta de él, más lo que hacía en el club. Y a los dos meses tenía 11 kilos de más. Él se dio cuenta que podía, y la Liga le hizo bien porque le permitió ver eso, que podía”, cuenta Pagura a modo de anécdota cuando se le pregunta sobre lo que más se acuerda que le marcó a Roberto.

Beltramo, por su parte, explica que para él la clave era trabajar las cuestiones mentales en aquel momento en San Isidro. “Lo que yo más hincapié le hacía era en lo temperamental, creo que técnicamente es un dotado, físicamente un privilegiado, tiene todo. Yo le marcaba a través de los entrenamientos que entendiera que un para un jugador alto es fundamental que sea buen defensor y agarre buenos rebotes, con las condiciones que él tenia, defendiendo bien, yo creía que le iba a ir bien. Hacía hincapié en eso, porque el resto lo asimilaba fácilmente, rápidamente tomo el gancho de izquierda y derecha, yo insistía con más ahínco en lo temperamental y lo corrigió porque lo veo que lucha, rebotea”. 

Acuña, la apuesta que salió bien

“Cuando yo lo llevo a Ciclista veía que además de la talla tenía muchas versatilidad y situaciones de juego que me gustaban mucho, con nosotros fue siempre un tipo muy seguro de sí mismo, hoy estamos acostumbrados nosotros a traer un jugador conocido y bancarle los errores y por ahí un chico que no era tan conocido en la categoría fue un poco más difícil bancarle los errores porque los dirigentes siempre te están atrás. Pero sin duda que es un tema mental, pero también te mejora el medio, a él San Isidro le hizo bien, Uncaus, Ciclista y Peñarol lo mismo. Por ahí vos estas en un lugar y renegás de algunas cuestiones, pero llega un punto en que te das cuenta de que todo eso que renegaste te sirvió para ser mejor, entonces creo que su actualidad tiene que ver con lo mental y la mejora de su físico”, asegura Pagura cuando recuerda el momento en que decide fichar a Acuña para reforzar a un Ciclista que ese año terminaría ascendiendo a la Liga Nacional.

Para Beltramo, la apuesta de Acuña resultó más complicada, porque el DT oriundo de Oncativo apostaba por hacer profesional a un chico que parecía que sólo él le veía el futuro y las condiciones: “Yo lo disfruté mucho cuando lo tuve, lamenté que se haya ido, creo que los clubes manejan mal determinadas situaciones, porque a ese chico lo deberíamos haber disfrutado mucho más nosotros en San Isidro, son errores que se cometen, pero lo importante es que el chico hizo su progresión y hoy está donde está porque hizo un sacrificio enorme y trabajó muchísimo el día a día. Era un gusto entrenarlo, una persona extraordinaria, un chico que primero entrenaba y después hablaba y para mí eso era fundamental. Siempre confié en él, sabía que estaba para grandes cosas y muchas veces uno está solo en esa creencia y después los hechos demostraron que era un diamante en bruto”.

Acuña, tuvo sus minutos ante Nigeria

Ayer por la tarde, en la caída de Argentina ante Nigeria por 96  93 en Las Vegas, en el que fue el primer amistoso preparatorio de la nacional de cara los Juegos Olímpicos, Roberto Acuña tuvo seis minutos en cancha donde marcó 4 puntos (1 doble y dos simples) y capturó tres rebotes.