Las nuevas tecnologías y el desarrollo del fútbol profesional y competitivo -a veces demasiado frívolo con los más pequeños- han influido de manera determinante, en menor y mayor medida, en la evolución del espíritu del fútbol argentino.

Ya no abundan los potreros, los campitos y esas canchitas precarias, armadas con el corazón y las ganas de jugar a la pelota. Pero en barrio San Martín de San Francisco todavía hay personas que reivindican ese "fútbol silvestre" y de barrio que le dio a nuestro país -y al mundo- los mejores jugadores del deporte más lindo de todos.

En calle Corrientes al 1200 existe un club fundado 3 de marzo de 2020 que tiene la cancha más linda de todas. "Fundado con mucho amor", como reza el cartel de bienvenida, esta cancha fue construida por padres y madres del barrio para que sus hijos, y los hijos de todos los vecinos del sector, puedan tener un lugar donde jugar a la pelota a la vieja usanza, esquivando los "buches", calculando los remates para aprovechar los desniveles y discutiendo también para ver quién va a buscar la pelota cuando se va lejos.

"Volver a las viejas épocas"

"Lito" Cabrera, Armando Federico y Roberto Navarro son los soñadores, nostálgicos y "locos por el fútbol", que decidieron armar esta "canchita" y, con todos los honores, bautizarla como "Club Atlético Vamos Los Pibes". En diálogo con El Periódico, contaron cómo surgió esta idea de reivindicar al "fútbol de campito".

"Veíamos que los chicos pateaban en la calle, eran muchos, entonces decidimos hacer esta canchita en un espacio de un vecino principalmente para que los chicos no pateen en la calle. Terminó siendo un punto de encuentro muy lindo porque vienen chicos de todos lados, así que entre padres y madres hicimos todo esto para ellos", contó Cabrera.

"Para construir los arcos, pintar y las camisetas colaboraron Lorenzo Sánchez, Hugo Borello y Jorge Imhoff -quien ya falleció-  aportando un poco de todo, hoy solo necesitamos un juego de redes porque hasta camisetas tiene los chicos", dijo uno de los papás.

"Estamos contentos porque a los chicos los vemos felices. Es volver a la viejas épocas, las buenas épocas de donde los buenos jugadores salían de los campitos, es hermoso también por la amistad que generan porque no son chicos solo de nuestro barrio, al enterarse de esta canchita vienen de todos lados", agregó.

"Vamos los pibes": la historia de un club que reivindica el "fútbol silvestre"

"Cuando uno lleva el fútbol en la sangre pasa esto", dijo Federico, propietario del lote donde está emplazada la canchita. "Yo tengo dos chicos y cuando vinimos a vivir al barrio no había nada donde puedan jugar, entonces quisimos hacer algo para que los chicos no estén en la calle. Es una linda idea que comenzó con un par de piedras formando una arquito y terminó siendo esto", explicó.

"Los chicos ven una canchita armada y vienen, el domingo esto se llena de chicos", indicó.

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Un ambiente sano

Los padres destacan el ambiente que se generó porque son chicos casi todos de la misma edad, uno juega en Los Andes, otro tiene la camiseta de River, un par tienen camiseta roja y blanca; y otro luce orgulloso la camiseta de Barrio Jardín. "La pelota convoca a todos los chicos, es un imán. Para ellos es la felicidad plena y para nosotros, verlos jugar sin competir, libremente, tranquilos y pateando entre amigos, también. Acá los chicos se desarrollan bien porque es un ambiente muy sano, es abierto completamente", dijo Navarro.

"Es una forma de hacer desgaste físico, después tendrán su tiempito para la compu o esas cosas, pero los chicos necesitan esto", sentenció.

Y agregó: "A los chicos hay que dejarlos jugar libremente, después serán grandes y elegirán un club,. Lo importante es que corran, que pateen y lleguen a la noche cansados, pero de jugar al fútbol y sanos espiritualmente".

Como si fuera poco, también tienen mascota. Se trata de "Sol", una perrita comunitaria del barrio, que nunca falta y acompaña a los chicos junto con otros perros de la cuadra. En esta canchita, el que es bueno de verdad, también tiene que aprender a esquivar a "Sol" o evitar que se interponga en algún pase en profundidad. "Esto es poesía, acá se tejen las jugadas en la imaginación y la que no falta nunca es la sol, la perrita que es la mascota y compañera de todas las tardes", dijo Navarro entre risas.

"Que vengan los chicos, serán siempre bienvenidos, este es un punto de encuentro para que se hagan amigos, principalmente, y eso es importantísimo", concluyeron.