Fonterra es el primer exportador de leche del mundo y el cuarto productor del planeta y sus dueños son 12.000 tamberos. Es y se maneja como una cooperativa, continuando con una tradición casi centenaria. En Chile posee a Soporle, la líder en el país cordillerano.

En estos días, Fonterra hace ruido en la Argentina, según una versión de fuentes del negocio lácteo. Habría siete auditores que revisan los números de Sancor en sus oficinas porteñas de la calle Tacuarí para una compra que sería presentada como una asociación. Entre cooperativistas se entienden.

Consultados, en SanCor negaron la auditoría y deslizaron que siguen en tratativas con varios interesados. Además de Fonterra, la mexicana Lala, la número uno en Centroamérica con 163 centros de producción y distribución. También talla la francesa Lactalis, otra reina del sector, que factura US$ 20.000 millones, fue fundada hace 90 años por André Besnier y maneja marcas como Parmalat, Lactel, y Celia, entre varias más.

Otras personas vinculadas a la firma de Sunchales presentan como inminente el desenlace a favor de Fonterra y hasta lo describen como la única posibilidad para que SanCor renazca. La cooperativa en crisis no llega a recolectar el millón de litros de leche diario, cuando su capacidad de procesamiento escala a 4 millones.

De acuerdo a uno de los bancos acreedores de SanCor, el obstáculo para concretar una asociación o venta pasa porque los futuros compradores exigen otro régimen laboral. Y en eso están los ministerios de Agroindustria y de Trabajo junto al sindicato de lecheros y su jefe Héctor “Etin” Ponce quien, frente a la posibilidad de que muchos quedaran en la calle, flexibilizó posturas. SanCor es crucial en el interior con sus 16 plantas, la mayoría en Córdoba, algunas en Santa Fe y casi todas en pueblos que viven de la cooperativa.