El hombre de 78 años que protagonizó una situación de emergencia en el vuelo AR 1133, falleció el 31 de marzo en el hospital de Ezeiza. Estaba internado desde la madrugada del 25, día en que llegó, muy grave, desde Madrid. Era de nacionalidad italiana pero vivía en Neuquén.

Según manifestaron sus familiares durante el vuelo, hacía días que estaba con fiebre pero en España no tuvo atención médica. Sólo lo atendieron por teléfono y le indicaron Paracetamol. El hombre se subió al avión de repatriados con su esposa, la cuñada y su marido. Tomó el antitérmico y ocultó que estaba enfermo. A 35 mil pies de altura, comenzó a tener grandes dificultades respiratorias. 

Dos médicos que viajaban como pasajeros acudieron de inmediato ante el pedido del comandante. Yair Atum (32) vive en Rosario. Volvía desde Filipinas. Ante la pandemia, había decidido interrumpir sus vacaciones y regresar “cuanto antes” a ponerse a disposición de “su” hospital provincial. 

Federico Riorda Marún (29) había estado trabajando dos meses en el hospital de La Paz de Madrid. Por precaución, ya le había pedido a su pareja, en Córdoba, que le dejara provisiones y se mudara a la casa de su padre. Como profesional, preveía hacer una cuarentena estricta y, con lo que vivió en el avión, con más razón.

El pasajero se puso en estado crítico apenas a una hora y media del despegue. Los jóvenes, egresados de la UNR y la UNC, con el kit de medicamentos del avión y una improvisada “bigotera nasal” lograron que llegara con vida a Buenos Aires. 

En el sanatorio de Ezeiza determinaron que el repatriado tenía influenza A. En principio pareció mejorar, pero luego tuvo un problema renal y una falla multiorgánica. Tras su fallecimiento, el Malbrán comprobó que también padecía coronavirus. 

“Tenía dos enfermedades así que clínica e infectológicamente es un caso muy interesante que puede dar para estudios internacionales, porque son dos enfermedades virales y de pulmón. Más allá de la muerte del paciente que duele, me fui preparando para cuando se confirmara que era un caso de Coronavirus. Estoy en comunicación con mi infectóloga. La tripulación está a cargo de los médicos de Aerolíneas Argentinas y la familia del paciente, a cargo de Sanidad”, explicó Riorda, nativo de Salsipuedes. 

Medidas de seguridad

Cuando en el vuelo AR 1133 preguntaron si había un médico entre el pasaje, el rosarino fue el primero en acudir. “Yair le puso oxígeno urgente porque si no, el hombre se moría. Después fue a buscar los guantes y se implementó un protocolo”, comentó Federico.  

“Algo muy positivo es que a siete días ninguno de los del avión hemos tenido síntomas, ni los médicos ni los 19 tripulantes. Estamos entrando en la fase crítica. Yo me preparé mentalmente para la confirmación del diagnóstico. Pero tomamos recaudos. Por ejemplo, en el avión, hicimos una historia clínica y cada vez que yo usaba la lapicera o tenía que usarla la familia, la tirábamos, para mayor seguridad biológica”, contó el cordobés.

Riorda se mostró tranquilo y preparado. “No salgo para nada del departamento. Si pido que me dejen algo en la puerta, espero que se vayan para abrir. Estoy tomándome la temperatura dos veces al día, me ejercito física y mentalmente, porque no deja de ser un caso de contacto estrecho con un paciente grave y positivo para coronavirus. La cuarentena se me prolonga ahora a 30 días”, explicó.

Los familiares de la persona fallecida habrían viajado a Neuquén al día siguiente del vuelo. Se desconoce si han presentado síntomas y si les han hecho el test de coronavirus. 

Fuente: La Voz del Interior