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La cooperativa de trabajo San Benito pretende innovar el mercado de la construcción con una alternativa a los ladrillos cocidos tradicionales. Desde hace unas semanas ofrece  los nuevos ladrillos ecológicos fabricados con tierra cruda y cemento, son aislantes y no generan desperdicios contaminantes. Además, son resistentes y representan una opción ventajosa para la construcción de viviendas familiares.

Cómo están hechos

Desde San Benito explicaron que cada ladrillo ecológico consta de “una mezcla de tierra limo, arena y 10 por ciento de cemento que se trata hasta homogeneizar sus componentes”. En particular, la tierra no se cuece sino que se estabiliza a partir de la adición de cemento; “este actúa sobre el suelo, modificando el comportamiento de sus partículas y mejorando su estabilidad, transformando la masa resultante en una estructura difícil de alterar y resistente”, describieron.

Mediante la compactación con una prensa hidráulica se obtienen piezas exactas de igual tamaño y apariencia. A la mezcla se pueden añadir colorantes y tinturas.

En la obra

El sistema constructivo de los ladrillos ecológicos incorpora ciertas diferencias para garantizar su eficacia y durabilidad.

Al ser modulares encajan unos con otros en forma milimétrica, lo que demanda una mínima masa de mortero de asiento (cola vinílica o pegamento cementicio). Las instalaciones eléctricas, de agua y de gas se conducen vertical y horizontalmente usando las cavidades de los ladrillos, sin necesidad de romper luego de conformado el muro. Finalmente, la superficie admite múltiples opciones de terminación.

Se reduce considerablemente el costo por m2 y se acortan los plazos de ejecución a la mitad. De este modo, adquiere una gran relevancia como producto alternativo en la construcción de viviendas por ofrecer no sólo características técnicas superadoras sino también por la eficacia de su sistema, el ahorro de tiempo y recursos naturales.

Sus principales ventajas

Desde la cooperativa le atribuyeron varios beneficios: 

  • Es un material inocuo y reciclable.
  • No conlleva problemas como desforestación o minería extractiva. Su costo energético es mínimo, ya que no involucra cocción.
  • Tiene gran capacidad de almacenar el calor y cederlo posteriormente (inercia térmica). Permite atenuar los cambios de temperatura externos, creando un ambiente interior agradable.
  • Aislamiento acústico. Los muros de tierra transmiten mal las vibraciones sonoras, propiedad que los convierte en una eficaz barrera contra ruidos indeseados.
  • Regulan la humedad interior, evitando así las condensaciones.
  • Fácil manejo y trabajo. No requieren mano de obra especializada, apenas una mínima capacitación en ejercicio.

 Asesoramiento

Echeverría 140. Tel: 03564 – 479295.