Un sanatorio de la ciudad de Rosario fue condenado a pagar cerca de 2 millones pesos por daños y perjuicios contra una mujer que sufrió una lesión en el quirófano donde fue operada de cálculos en la vesícula. La víctima salió con la clavícula quebrada y algunos traumatimos en varias partes del cuerpo. Además fue condenado un médico anestesista y dos compañías de seguros.

Según el portal Tiempo de Justicia, el hecho sucedió el 30 de agosto de 2013. Una mujer de 35 años llegó al sanatorio Los Alerces con un fuerte dolor abdominal y quedó internada. En el lugar le diagnosticaron cálculos en la vesícula por lo que debieron operarla. Al día siguiente, la mujer sufrió una fractura de clavícula, un corte en la ceja y un golpe en el brazo izquierdo. El 3 de septiembre fue intervenida quirúrgicamente en la clavícula izquierda y le dieron el alta cuatro días después.

Por este episodio, la damnificada le inició una demanda por daños y perjuicios al sanatorio, el cirujano, el anestesista y citó en garantía a las compañías de seguro que brindaban cobertura por mala praxis a los demandados quienes negaron responsabilidad en el hecho.

Ellos explicaron que el incidente fue fortuito y precisaron que la víctima luego de ser operada tuvo un cuadro de excitación psicomotriz que le generó importantes movimientos en la parte superior de su cuerpo que derivó en que la mujer se golpeara con el pie del suero, la lámpara y el equipo de videolaparoscopía.

La damnificada dijo que estuvo siete meses para recuperarse debido a la escasa movilidad que tenía por la lesión y que incluso se cayó de las escalareas quebrándose el peroné. Contó además que el incidente le provocó difucultades a la hora de realizar sus tareas diarias, cuidar a sus hijos y que perdió ingresos en su trabajo. También mencionó el perjuicio psicológico que le generó la lesión y los gastos que le generó la recuperación.

El caso quedó en manos del juez Marcelo Quaglia, del Juzgado de Distrito Civil y Comercial de la 14° Nominación, quien deslindó de responsabilidad al cirujano. Argumentó que el profesional había concluido su labor cuando se produjo el hecho.

El magistrado sí encontró culpable al anestesista. Señaló que responsabilidad se basa en una culpa determinada “por la omisión de la diligencia especial exigible por sus conocimientos técnicos, una exigencia que no puede confundirse con la de un hombre cuidadoso”. Además aclaró que tanto el sanatorio como el anestesista reconocieron que podía ocurrir el episodio tras una cirugía.

El magistrado añadió que “la baja probabilidad de que ocurra un hecho de estas características no implica que sea imprevisible o inevitable, por lo que el médico anestesista tratante debe extremar los recaudos ante la simple probabilidad del acaecimiento”.

Quaglia manifestó en el fallo que el anestesista no realizó todo lo necesario para prevenir este tipo de sucesos y es responsable al igual que el sanatorio que tiene la obligación de cuidar a sus pacientes.

Fuente: Vía Rosario