La Justicia Federal de Rosario procesó hoy a 30 policías involucrados en la desaparición y muerte de Franco Casco, un albañil que fue detenido el 6 de octubre de 2014 en una comisaría de esta ciudad y cuyo cuerpo apareció en el río Paraná 22 días después.

El juez Carlos Vera Barros incluyó no sólo al personal de la seccional 7°, donde se retuvo al joven de 20 años, sino que además implicó en el proceso a los por entonces titulares de la División Asuntos Internos, área encargada de investigar el accionar de los agentes.

La mitad de los policías permanece detenido porque el juez consideró que podían entorpecer el proceso o fugarse, mientras que el resto continuará bajo arresto domiciliario. El juez debe determinar el grado de participación de los imputados en la desaparición forzada, la posterior muerte de Casco y el ocultamiento de pruebas.

El joven fue apresado en la comisaría 7° el 6 de octubre. De acuerdo al parte policial se le detuvo por resistencia y atentado contra la autoridad. Esa misma versión indicaba que horas más tarde fue liberado por orden judicial. Casco debía regresar a Florencio Varela, desde donde había viajado para visitar familiares en Rosario. Pero nunca más se supo de él hasta que apareció su cuerpo en el río, el 30 de octubre.

Desde el primer momento la familia del joven denunció que la policía lo golpeó hasta su muerte en la comisaría y que falsificaron su firma en el registro en el que quedó asentada su salida de la comisaría. La autopsia confirmó que el cuerpo fue arrojado al río ya sin vida y la causa cambió del fuero provincial al Federal y pasó a tramitarse como una desaparición forzada de persona.

El fiscal Marcelo Degiovanni indicó en su investigación que resultaba "palmaria" la falsedad de los documentos policiales elaborados en la detención de Casco, acusó a la División Asuntos Internos de desviar "interesadamente" la investigación para proteger al personal policial y dejó claro que en la comisaría donde estuvo Casco eran habituales los maltratos.

"De los 24 testimonios de personas que estuvieron detenidas en la comisaría 7° se concluye, como dato inocultable y concluyente, que el personal de esa dependencia realizaba cotidianamente sobre los jóvenes allí alojados tratos crueles, inhumanos y/o degradantes”, planteó Degiovanni.

Fuente: Clarín