En la época de mayor concurrencia a piletas, ríos o mares se deben tener presentes algunas medidas para evitar accidentes, sobre todo con niños y niñas. Desde la Dirección de Maternidad e Infancia del Gobierno de Córdoba emitieron una serie de recomendaciones útiles. 

El agua siempre es un atractivo para los más pequeños. “Cuándo permanezcan en ríos y cursos de agua, se requiere siempre de personas adultas atentas a ellos”, afirma Teresa Arinci, del área de Salud Integral del Niño.

Respecto a cómo cuidarlos, la especialista aclara que la idea no es generarles miedo sino, “acompañarlos a disfrutar del agua sabiendo cómo cuidarse: no se trata de asustarlos sino de enseñarles que pueden explorar y jugar sin correr riesgos”.

Medidas

Una medida preventiva es que “antes del ingreso de niños y niñas al agua, deben hacerlo las personas adultas, para reconocer y despejar peligros, comprobar profundidad y fuerza de la corriente”, explica Marcela Yanover, directora de Maternidad e Infancia.

En línea con las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Yanover indica que no hay que confiarse de flotadores, ya que son susceptibles a pincharse, tener pérdidas de aire, y no siempre son eficaces para sostener la cabeza del niño fuera del agua. En ese sentido, los dispositivos más apropiados son los chalecos, que deben tener broches seguros y correa en la zona inguinal. Pero en todos los casos deben ser utilizados con un adulto al lado.

Piletas y ríos

En ríos o mares, los niños menores de dos años solo deben permanecer en la orilla y sujetos en todo momento por un mayor. En este sentido, la doctora señala: “Un niño pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua, y en muy poquito tiempo; por eso es necesario no perderlos de vista en ningún momento”.

En cuanto a las piletas domiciliarias, la SAP advierte que deben estar protegidas siempre por un cerco que las rodee por completo, con una altura mínima de un metro, y mantenerlo cerrado a toda hora. Además, no se deben dejar sillas próximas al cerco, ya que los niños podrían usarlas para treparse. Tampoco dejar en la pileta objetos o juguetes que les llamen la atención, ya que probablemente intenten buscarlos.

Otra recomendación que suma Teresa Arinci es acordar con los más pequeños algunas medidas protectoras. En esa línea, hay que enseñarles que en el caso de que un niño esté en problemas en el agua, los otros niños, deben pedir urgente ayuda a un adulto y no intentar salvarlo ellos.

Es preciso, además, prestar atención a posibles resbalones en superficies mojadas alrededor de la pileta, tanto de bebés como de niños más grandes o de adultos, que pueden provocar otras caídas, empujones o accidentes. Es importante transmitir a toda la familia que no se debe correr alrededor de las piscinas.