"¿Cuáles son tus sueños ahora?", le preguntó la enfermera. La respuesta fue contundente: "Estar en el casamiento de mi nieta".

Una mujer de Texas cumplió el deseo de su abuela de 102 años: se tomó un avión y llegó hasta el hospital para que ella la pudiera ver vestida de novia y abrazarla por última vez.

Tara Foley reveló la historia en un posteo de Facebook que superó 1 millón y medio de reacciones y fue compartido más de 500 milveces. Un fotógrafo retrató el momento. 

La agente de bienes raíces, que vive en la ciudad de Austin, contó que a su querida "nana" la trasladaron a un centro de cuidados paliativos. De acuerdo a su relato, estaba en un estado de salud muy delicado: "Los médicos le dijeron de mala gana que ella ya no podía volar más porque su corazón estaba fallando".

"Yo sabía, de alguna manera, que ella estaba aguantando para poder verme", comentó. Su vestido todavía no se encontraba listo y le faltaban algunos ajustes, aunque a Foley "nada de eso le importaba".

Para que sea una verdadera sorpresa, no le dijo a nadie de su familia y tampoco sus amigos que iba a viajar a Florida durante el fin de semana. 

"Las palabras no pueden explicar cuánto significa esto para mí y apreciaré los recuerdos por el resto de mi vida", aseguró. 

Antes de despedirse, se saludaron con un fuerte abrazo: "Me agarró las mejillas con las manos, me miró directamente a los ojos y dijo 'te quiero mucho'. Según sus palabras, supo que esa noche era la última vez que la vería.

Estados Unidos: el emotivo último deseo que una nieta le cumplió a su abuela de 102 años

Lamentablemente, la señora falleció unos días después. Pero su nieta la seguirá teniendo presente: "Su sonrisa y sus risas están grabadas para siempre en mi mente, y el amor entre nosotros vivirá en mi corazón (...) ¡Estaba más allá de una mujer increíble! ¡Te amo nana, siempre y para siempre!", escribió.

El día del casamiento, Foley le mostró las fotos a su familia y todos se abrazaron emocionados. 

Un pequeño sueño que ayudó a construir una gran historia. Foley y su nana, dos corazones que se unieron a pesar de la distancia. 

Fuente: Clarín