Emilio Pons es un vecino de nuestra ciudad que el 14 de julio pasado festejó sus 100 años de una vida sana que lo mantienen con una lucidez y vitalidad envidiable. Lo celebró junto a familiares y vecinos, que lo conocen muy bien ya que vive en la misma casa de barrio Roca desde 1957.

Padre de dos hijos, Jorge y Carlos, y abuelo de cuatro nietos, cuenta que también tiene dos bisnietos y otro por nacer.

Emilio vivió casi toda su vida en San Francisco, exceptuando dos años en que con su familia se mudó a Italia, y otros tres en que se asentaron en María Juana.

Sus trabajos

Sobre los trabajos por los que pasó a lo largo de su vida, mencionó cuatro años como sastre y otros tantos como cajero en el mercado. También, muchos trabajos de oficina. “Siempre con los números y eso que sólo hice hasta sexto grado en la escuela Iturraspe. Estudié electricidad y contabilidad por correspondencia”, contó el hombre.

El día a día

“A la mañana me levanto 7.30, me preparo la leche, arreglo un poco la pieza, después espero que venga la señora que me hace la comida. Y a la tarde, a eso de las 17, prendo la computadora y hablo con mi hijo que no vive acá  por Skype”, resumió Emilio sobre su jornada.

Del fútbol al ajedrez

Pons también le hizo lugar al deporte a lo largo de su vida. “Habíamos formado una liga comercial y sabíamos jugar”, recordó.

Hincha de Boca, contó los orígenes de su amor por los colores: “Allá por el treinta y pico había armado una radio y escuchaba los partidos, pero yo no era hincha de nadie. Por aquel entonces eran Boca y River los que más se destacaban. Mi hermano se había hecho de River entonces yo, para darle la contra, me hice de Boca, pero nunca nos peleamos por eso”. 

Sobre el ajedrez, el hombre rememoró sus comienzos en la tercera categoría en Unión Social y haber llegado a jugar en la primera, ganándole a varios campeones de la época.

“A la una de la mañana dejábamos. Después llegaba a casa y por una o dos horas no me podía dormir. Uno tenía todas las jugadas en la memoria. Y a las 8 tenía que entrar a trabajar”, explicó sobre los motivos por los que abandonó la actividad.

También dirigente

Pons también integró la comisión directiva del club. “Entramos con 200 socios. Debían 3 meses de alquiler. Cuando me fui teníamos 1300 socios y les dejamos en la caja 7 mil pesos que en aquel entonces era mucha plata. Estábamos juntando para comprar un lote para hacer la sede propia”, afirmó. 

Vida sana 

Pons, que lleva 76 años como radioaficionado, reveló que no toma ninguna medicación. Y le atribuye esa condición a no haber fumado ni tomado alcohol.

En la actualidad, reveló que come sano y que si bien no camina mucho porque se cansa, aún realiza algunos mandados. Entre ellos, comprar los criollos para compartir con su familia en las visitas de los fines de semana.