"Este es un final feliz”. La abogada del hombre que durante dos años y medio no pudo ver a su hijo de cinco años porque su expareja se lo negó sintetizó con esas palabras el fin del extenso pleito que dejó al pequeño en medio de la disputa judicial.

En 2016, O.P. (preceptor de un colegio religioso) y A.R. (una profesional) se separaron y el conflicto por el régimen de visita del padre (con el niño bajo la guarda de la mujer) llegó a Tribunales.

Ambos –que residían en una zona céntrica de la ciudad de Córdoba– firmaron un acuerdo con un régimen de visitas que estipulaba que el padre lo visitara dos días a la semana por una hora y un día del fin de semana por dos horas.

Sin embargo, el sistema comunicacional para garantizar la relación entre padre e hijo no se cumplió, por lo que el hombre recurrió a la Justicia.

El 20 de marzo de 2018, la Cámara 1ª de Tribunales de Familia consideró que, ante los sucesivos incumplimientos del sistema comunicacional por parte de la progenitora, cabía aplicarle sanciones económicas para que acatara la orden judicial.

Multa perdonada

Luego de que se le exigiera el pago de 677,93 pesos por cada día que no le permitió a su ex ver al niño (unos 86 mil pesos actualizados a hoy), la mujer cedió de inmediato y el chico pudo conocer a la familia paterna.

El hombre prefirió no avanzar con la ejecución de la multa económica. Esta medida alcanza a quienes, después de dictado un mandato judicial, persisten en desentenderse injustificadamente de aquella disposición.

“Ya habíamos intentado de todas formas que ella cumpliera. Cuando tocamos el bolsillo y ante la clara manifestación de cambio de guarda, su actitud cambió drásticamente”, afirmó la abogada del padre, Claudia Maldonado.

La decisión del hombre de no continuar adelante con la ejecución de la multa fue “a los fines de no entorpecer la relación familiar. Es una decisión que debo respetar”, explicó la letrada. “Este es uno de los casos en que prima el interés superior del niño”, consideró.

En la decisión de la mujer de dejarle ver al pequeño también influyó la intención de su ex de pedir la guarda del menor.

“La jueza le dijo: ‘Señora, tengo dos posibilidades: o le sacamos al niño y se lo damos al padre, o usted cumple con el régimen comunicacional’”, contó Maldonado.
La mujer ese mismo día le dejó ver al pequeño. “Se le tiró a los brazos al papá”, recordó quien llevó el caso por la parte paterna. “Lo reconocía al padre, lloraban todos los familiares”, recordó.

“Mi cliente está más que feliz”, resumió la abogada sobre los sentimientos del papá. El niño ya conoció a toda la familia paterna y, según describió, están todos muy contentos.

Actualmente, “el régimen comunicacional es cumplido en tiempo y forma por la madre. ¡Nunca más se incumplió!”, afirmó Maldonado.

Por su parte, La Voz intentó tener también la versión de la mujer. Para eso, contactó a la Cámara 1ª de Tribunales de Familia y al Juzgado de Tercera Nominación de Familia, para obtener así los datos del representante legal de la mujer. Pero no se brindaron detalles del caso ni el nombre de su abogado.

Una vida nueva

A partir del cambio de actitud de la madre, el niño comenzó a vincularse con la familia paterna. Ya conoció a sus tíos y primos. “El niño lo sigue tanto al padre que cuesta reintegrarlo al domicilio de la madre los días de visitas”, contó Maldonado.

“Las visitas se cumplen en tiempo y forma. La mujer ha cumplido a rajatabla, tal cual lo hemos acordado. Nunca más dejó de cumplir”, resumió la letrada.

El pequeño vive con la madre, y el padre pasa algunos días con él. Ambos progenitores residen a un colectivo de distancia en la ciudad de Córdoba, lo que hace que el nene esté en contacto permanente con sus papás.

“Los padres se están llevando un poquito mejor”, añadió sobre el vínculo actual tras el pleito judicial que dejó al niño en el medio.

A su vez, las denuncias por violencia familiar que la mujer había presentado contra los familiares de su ex se cayeron “porque estaban infundadas”.

Hoy, el niño ya no necesita más la asistencia psicológica.

Fuente: La Voz del Interior