Se llamaba Irma del Carmen Ledesma, tenía 92 años, era pensionada y una histórica vecina de la ciudad de Córdoba. Era muy querida por muchos. La realidad económica la había obligado a convertir su humilde vivienda en una pensión. Por unos cientos de pesos, se podía alquilar una pieza, por algún tiempo, sin problemas.

Su vida, sin embargo, no estaba siendo para nada fácil.

La semana pasada, las cosas se habían puesto feas. Alguien entró a la casa, la ató y terminó robándole lo poco que tenía.

Aunque suene increíble, la situación iba a volver a repetirse en las últimas horas: alguien conocido se metió en su hogar, la sorprendió y decidió inmovilizarla, atándole sus débiles brazos y piernas con un trozo de trapo. Además, para que no gritara, le puso otro pedazo de tela en la boca.

El atacante se marchó sin liberarla y cerró la puerta. A “doña Irmita” la encontraron muerta el viernes a la noche.

Si bien no está la autopsia, todo indica que habría muerto víctima de un infarto por el estrés sufrido en el ataque domiciliario.

No hay detenidos ni imputados.

Sin embargo, los investigadores de la División Homicidios de la Policía provincial trabajan sobre una pista firme: buscan a un hombre que supo ser su inquilino hace un tiempo y que, por estas horas, ha desaparecido de la zona.

En el sector lo conocen bien: afirman que estaba “perdido por las drogas” y que pedía dinero para comprar dosis de cocaína o de marihuana, confiaron altas fuentes de la investigación a La Voz.

El espanto se escribió en Miralta, un barrio ubicado en la periferia este de la ciudad de Córdoba; un conglomerado conocido popularmente como “la Quinta”.

La hipótesis central es que todo habría ocurrido en el marco de un asalto domiciliario.

La pregunta que por estas horas sobrevuela en el vecindario, y principalmente entre los investigadores, es: ¿para robarle qué? ¿Cuánto?

Sucede que la mujer vivía en humildes condiciones.

Si se confirma que todo sucedió en el marco de un asalto domiciliario, este homicidio se agregará a una seguidilla de ataques fatales similares que vienen ocurriendo, en los últimos tiempos, en la provincia de Córdoba y que tienen por blanco a adultos mayores.

Varios de estos casos han terminado con las víctimas inmovilizadas. Por caso, el viernes pasado, un psiquiatra jubilado fue hallado muerto, maniatado y amordazado en su departamento del barrio General Paz, en la Capital.

Atada y tirada

“Daba mucha pena. Estaba tiradita, boca arriba, al lado de su cama. Su casita era esa pieza, una cocina y un bañito. La abuela tenía sus manos y pies atados. ¿Cuánto le pueden haber robado?”, se preguntaba ayer un jefe policial, ante un llamado de La Voz.

Era la noche del viernes pasado, cuando un inquilino de la pensión encontró a doña Irmita.

El hombre estaba preocupado por dos cosas: primero, hacía varias horas que no veía a la jubilada; segundo, la semana anterior ya la habían asaltado y la habían dejado amordazada.

Como nadie atendía el llamado a la puerta y veía la luz encendida, el hombre decidió entrar.

No bien se asomó, se encontró con el espanto en el suelo de la pieza. En principio, la casa no presentaba mucho desorden.

El hombre alertó a otro vecino, quien avisó a la Policía.

Cuando los primeros uniformados llegaron a la pensión de calle López y Planes al 5773, a pocas cuadras de Circunvalación, en el corazón de barrio Miralta, no quedaba mucho por hacer con la mujer.

Una ambulancia del servicio 107 llegó de todos modos al lugar. Los médicos no pudieron hacer nada. Uno de los profesionales le dijo a la Policía que el cuerpo llevaba más de 12 horas así.

Momentos después, arribó la Policía Judicial. El cuerpo fue enviado a la morgue para la realización de la autopsia, al tiempo que los peritos trabajaron en la vivienda en procura de encontrar rastros o huellas del criminal.

“No se le vieron heridas a simple vista, aunque hay que esperar la autopsia”, contó un policía.

Según contaron algunos vecinos, el viernes a la tarde, doña Irmita fue vista frente a la pensión cuando conversaba con dos hombres que se movilizaban en una motocicleta. Luego, ella se acostó a dormir la siesta.

No la vieron salir más.

“La mujer vivía con lo justo. No tenía mucho dinero. Se la rebuscaba haciendo que su casa funcionara como una pensión de barrio. Era una casita sencilla, con cinco habitaciones extras, aunque sólo una de las piezas estaba ocupada actualmente”, comentó otro informante con acceso a la causa.

Precisamente este inquilino (de 48 años) fue quien halló el cadáver y salió a pedir ayuda. Trascendió que el hombre está, en principio, fuera de toda sospecha.

En el marco de la búsqueda de datos, los pesquisas determinaron que otro hombre solía ir a su casa a pedirle dinero. El individuo ha desaparecido de los lugares que solía frecuentar. Los pesquisas de la División Homicidios, cual sabuesos, están tras sus pasos.

Durante todo el día de ayer, los pesquisas estuvieron recorriendo la zona en busca de datos. “Vamos bien”, dijo, confiado, una fuente.

Salvajes asaltos contra adultos mayores

Varios murieron este año por robos en Córdoba.

En el marco de una preocupante seguidilla de asaltos fatales, días atrás murió el psiquiatra jubilado Alberto Christe (75) en su departamento de la ciudad de Córdoba.

En agosto, Belson Filipetta (80) fue hallado muerto, maniatado y con una bolsa en la cabeza, en su casa de Río Cuarto.

En agosto también fueron asesinados a balazos un matrimonio en Bialet Massé, durante un robo. Idéntico destino tuvo Ilda María Roteda (83), hallada amordazada y maniatada en Pozo del Molle. Por el crimen se detuvo a su empleada y a un chico con deudas por drogas.

Fuente: La Voz del Interior