Con una tasa de 2.890 delitos contra la propiedad cada 100 mil habitantes, Córdoba se ubica en el quinto lugar del mapa criminal de la Argentina, debajo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y de las provincias de Neuquén, Salta y Catamarca, respectivamente.

En materia de robos, Córdoba está en una situación mucho más preocupante que otros distritos históricamente catalogados como de riesgo, tal el caso de Santa Fe o Buenos Aires, con su conurbano.

En contraste, en cuanto a homicidios dolosos –ya sea por hechos de inseguridad, violencia urbana o violencia de género–, la provincia de Córdoba queda ubicada en una situación mucho menos grave: se encuentra en el sitio 17º, con una tasa de tres homicidios cada 100 mil habitantes.

La provincia que encabeza la nomina de asesinatos es, por lejos, Santa Fe con una tasa de ocho casos cada 100 mil habitantes.

Los datos se desprenden de un informe estadístico oficial del Ministerio de Seguridad de la Nación, conducido por Patricia Bullrich, y que refleja cifras de 2017. Los números del primer semestre de 2018 aún no están procesados.

El informe está al alcance del público en argentina.gob.ar. 

Al analizar la realidad de Córdoba, el trabajo refleja que de los 10 departamentos más importantes de la provincia (aquellos que cuentan con una población de más de 100 mil habitantes), la Capital lidera la tabla como el distrito más castigado por el delito. 

Así lo demuestran las 105.334 denuncias por robo registradas en 2017, lo que hace que la ciudad capital tenga una tasa de 4.967 delitos contra la propiedad cada 100 mil habitantes. En segundo lugar, se ubica el departamento Punilla, con la ciudad de Villa Carlos Paz a la cabeza, con una tasa de 4.046.

De los restantes ocho departamentos en importancia, siempre en materia de delitos contra la propiedad, la mayoría de los más castigados se encuentran en el sur provincial, allí donde la producción agrícola es central. 

Santa María (su cabecera es Alta Gracia) quedó en tercer lugar con una tasa de 2.373 hechos delictivos cada 100 mil habitantes; luego, sigue Río Cuarto, con 2.238; Río Segundo, con 1.597; General San Martín (la cabecera es Villa María), con 1.155; Unión, 977; Tercero Arriba, 964.

El departamento Colón (con Jesús María como cabecera), en el norte provincial, figura en el noveno lugar del ranking de departamentos más castigados por la delincuencia. Su tasa es de 866.

Finalmente, el departamento San Justo, en el nordeste cordobés, como cabecera, se encuentra en 10° lugar con una tasa de 711.

La tasa es un valor de referencia mundial que permite comparar de manera metodológicamente correcta regiones con distintas poblaciones. En materia criminal, permite conocer realidades delictivas para un cotejo. Se recomienda analizar así poblaciones con más de 100 mil habitantes.

La categoría “delitos contra la propiedad” es un punto clave del informe ya que, al cuantificar casos de robos y de hurtos (concretados y tentativas), además de otros hechos menores como daños, demuestra cómo y cuánto se roba en una urbe. Los casos sólo tienen en cuenta los episodios denunciados ante la Justicia: lo que se llama “la cifra blanca”. A la par, coexiste una alta cantidad de casos no denunciados.

Córdoba, arriba en el ranking de robos en el país

Córdoba, de caño 

Las estadísticas en materia delictiva constituyen una fotografía, un momento determinado de una realidad. Para tener una idea más aproximada de la realidad se necesitan más imágenes que permitan comparar situaciones.

Así, es posible medir si la práctica de un delito aumentó o descendió en una determinada región.

Sin embargo, desde la Nación se indicó que la Provincia de Córdoba no envió cifras de delitos de 2016 de distintas regiones -por caso la Capital-, por lo que no se puede hacer una comparación concreta para saber si los robos subieron o bajaron. Sólo se pueden hacer mediciones respecto a 2015, pero es un momento más lejano.

El Observatorio del Delito cordobés, ente dependiente del Ministerio de Gobierno, informó a fines de 2017 que el delito “había bajado” respecto a 2016, aunque indicó que uno de cada tres cordobeses había sido víctima de un ilícito.

Los informes del Observatorio cordobés no son públicos ni es posible acceder a ellos a través de internet. 

¿Y qué ocurre en el interior?

Según el informe de la Nación, con poco más de 202 mil habitantes, el departamento Punilla es el segundo distrito de mayor inseguridad en Córdoba. 

Se trata de una región históricamente sustentada en el turismo. Villa Carlos Paz, La Falda y Cosquín son sus principales ciudades. Vecinos de estas zonas reclaman desde hace ya varios años mayor seguridad, pedido que visibilizan a través de marchas o con nutridas reuniones vecinales.

Según los registros oficiales, a lo largo de 2017, Punilla tuvo 8.194 denuncias por delitos contra la propiedad (en su mayoría robos), seis homicidios, 559 lesionados en peleas, 22 violaciones y 77 denuncias por otros delitos contra la integridad sexual.

Fuentes policiales y de la Justicia apuntan que el incremento de la violencia en esta región tiene una estrecha relación con el consumo y con el tráfico de drogas en distintas escalas. Asimismo, si bien el perfil de región turística por excelencia la convierte en un imán para la concreción de robos, mucha delincuencia ha sabido encontrar espacio para ocultarse en las cada vez más zonas vulnerables que crecen a las espaldas de las grandes ciudades de Punilla.

A ello podría atribuirse que Punilla sea la prueba de fuego para cualquier jefe de Policía. Algo similar pasa con la Justicia.

El departamento Santa María, en Paravachasca, también sorprende por su realidad delictiva. 

Con una población de casi 113 mil habitantes, este distrito cruzado por la ruta 5 contabilizó en 2017 un total de 2.682 denuncias por delitos contra la propiedad; con lo cual se impuso de manera llamativa sobre el departamento Río Cuarto (con su ciudad cabecera, segunda capital de la provincia), históricamente un distrito muy castigado por la delincuencia.

Adentrarse en el mapa delictual del interior profundo de Córdoba, más allá de los 10 principales departamentos, exige un cambio de metodología para el análisis, según los especialistas. Esto se debe a que las poblaciones son inferiores a los 100 mil habitantes.

Los analistas advierten que, para evitar errores metodológicos, es recomendable analizar las cantidades totales de delitos propiamente y no la relación con la cantidad de población.

Con esa perspectiva, el departamento más castigado por la delincuencia en 2017, en el puesto 11, fue Cruz del Eje, con 1.122 denuncias por delitos contra la propiedad,. Le siguieron: Unión que tuvo 1122 denuncias; Calamuchita, 1100, Roque Sáenz Peña, 705; y Juárez Celman, 695, por citar algunos casos. El departamento menos castigado fue Sobremonte. Con cinco mil pobladores, tuvo cuatro robos en 2017.

De delito, pobreza y exclusión social

Según los especialistas, la delincuencia no es producto de la pobreza, sino de la exclusión social y económica que aquella provoca. Dicho de otro modo, no hay que criminalizar la pobreza. La delincuencia es consecuencia de hogares destruidos, falta de contención económico social para jóvenes, ausencia de Estado, falta de educación y trabajo. 

En 2017, el Indec publicó un informe en el que se mencionó que la pobreza había crecido en el Gran Córdoba. La Provincia cuestionó ese informe y dijo que la realidad era diferente.

Fuente: La Voz del Interior