La marca de motos Zanella paralizó su producción en su planta de Caseros, provincia de Buenos Aires, tras la significativa caída de las ventas y la disminución de la demanda de vehículos que afecta a la industria automotriz.

La crisis que atraviesa la compañía, con más de 70 años de presencia en el mercado, se profundiza. En menos de dos semanas, el fabricante cerró dos de sus cuatro fábricas: a finales de julio, bajó las persianas el predio ubicado en Mar del Plata, mientras que durante los primeros días de agosto cesó sus actividades el establecimiento de Córdoba, situado en Cruz del Eje. En la planta de San Luis, quedaron solamente 45 trabajadores, luego de que la firma despidiera a más de 70 operarios.

La firma se negó a dar declaraciones sobre el tema. Por su parte, el personal de Caseros denuncia que la empresa está tercerizando la producción y que existe la posibilidad de que la fábrica cierre y se produzcan despidos. Según apuntan, les adeudan el pago de sueldos desde junio y el último aguinaldo.

"Las suspensiones comenzaron el año pasado, pero desde fines de junio no nos pagan los salarios. Percibimos entre $ 2000 y $ 3000 semanales, depende lo que se les ocurra cada semana", expresa Walter Sauan, delegado de trabajadores de Zanella, al tiempo que añade que cada empleado tiene una deuda que asciende a aproximadamente $ 120.000.

Sauan señala directamente al suizo Walter Steiner, el dueño de la firma, como "artífice de la desprolijidad con la que cobran los 200 operarios de la planta", que llegaron a ser 600 en un momento. "Tenemos amenazas de despidos constantes. La situación no da para más y no tenemos una comunicación formal de parte de la cúpula directiva", agrega, y añade que, como alternativa, le pidieron a la patronal que les entregue motos como en forma de pago de la deuda que tiene con cada trabajador.

Zanella insiste en pedir un procedimiento preventivo de crisis, recurso que hasta ahora le fue rechazado. 

Fuente: El Cronista