El presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, reconoció este viernes que no se previó que podía haber miles de personas agolpadas en las sucursales bancarias y que la situación se podía desbordar, y admitió que el jefe de Estado, Alberto Fernández, está “enojado” y pidió “soluciones”.  

“Fue una situación muy difícil y no se puede estar bien cuando se dan estas situaciones”, dijo Pesce en declaraciones a radio La Red. En un claro estado de nerviosismo como no se lo suele ver, el funcionario dijo que empleados bancarios y las fuerzas de seguridad han intentado que se mantuvieran las distancias entre las personas, pero admitió: “Bueno… se ha dado esta situación que nosotros no esperábamos al abrir las sucursales bancarias”.

Según Pesce, el 70% de las personas que fueron a cobrar hoy a los bancos tienen una tarjeta de débito. “Venimos insistiendo que hay 35.000 bocas de las cuales se puede retirar dinero sin ser una sucursal bancaria. Pero no hemos tenido éxito y la gente decidió ir a retirar el dinero de la sucursal bancaria”, dijo Pesce.

Tras reconocer que “la situación fue desbordante”, Pesce reveló que el presidente Fernández lo llamó por teléfono “muy temprano a la mañana” y le expresó que estaba “muy preocupado por la situación”. Y agregó: “Me dijo que busquemos soluciones a esto”. Ante la consulta sobre si Fernández estaba enojado cuando lo llamó por teléfono, Pesce respondió: “Pero y qué le parece, cómo puede estar. Y sí”.

El funcionario aseguró que es “contrafáctico” decir que si se hubiera previsto desde el principio abrir los bancos sábado domingo esto no hubiera ocurrido, porque la gente hubiera ido igual este viernes a buscar el dinero porque lo necesita. 

El lunes tienen que cobrar 600.000 personas y el martes otras 600.000, precisó Pesce. “Esperamos que no se repita la imagen de hoy, cuando había también un rezago de personas que no habían cobrado sus haberes de marzo por cajero automático y concurrieron hoy”, sostuvo.