El martes 1 de agosto, el Hospital de Día “Liliana Fantino” dependiente de la Clínica Privada de Psiquiatría, cumplirá un año de vida.

La psicóloga Luciana Alesso, una de las profesionales que allí trabaja, lo definió como “un dispositivo terapéutico que permite tratar las enfermedades mentales sin la necesidad de que el paciente esté internado, lo que implica no alterar sus relaciones con su entorno”.

“Es una prestación que es de tipo ambulatorio y que reúne las ventajas del tratamiento ambulatorio con la mayoría de los recursos terapéuticos que se pueden tener en una internación”, agregó.

Los pacientes pueden optar por una jornada simple, que incluye el almuerzo, o la jornada completa, que se desarrolla de 9 a 17.

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Pacientes compartiendo un momento en el taller de musicoterapia.

“Es un puente”

La profesional remarcó que el espacio alberga a personas con determinadas patologías, siempre y cuando éstas no revistan peligrosidad para el paciente ni para terceros, y mientras tanto el paciente tenga cierto grado de autonomía.

También está destinado a pacientes con alta de internaciones psiquiátricas pero que requieren continuar con la supervisión y a pacientes que no cuentan con adecuada contención familiar o social.

“Es un paso intermedio entre la internación y el tratamiento por consultorio, es como un puente, un lugar de tránsito y no un fin en sí mismo. Se trabaja en potenciar las capacidades o en desarrollar nuevas y es un paso para volver a socializar”, agregó Alesso.

Socialización

Beatriz Pastorizo, trabajadora social y otra de las profesionales que se desempeña en el lugar, recalcó que con el trabajo que realizan, se busca que el paciente pueda volver a socializar.

“Ellos no dejan su núcleo familiar, continúan con sus costumbres, trabajamos en entrevistas familiares, establecemos objetivos con ellos. Tratamos de buscar hábitos que perdieron y ahora hay que recuperar”, añadió.

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Uno de los murales realizados en el marco del taller de arte.

Susana Romera, psiquiatra, sumó que “esa contención y vinculación con la familia hace que no pierda el tratamiento el paciente, que no pierda el control” y destacó que se puede controlar “que está cumpliendo con su medicación, que ciertas actividades que tiene que realizar o ciertas costumbres que tiene que adquirir se cumplen acá y afuera”.

“Si hay alteraciones, viéndolos podés hacer cambios en la medicación sin esperar hasta el control, está bueno”, destacó Romera.

Pastorizo añadió: “Si no estuvieran acá esa posibilidad no la tendrías, y se presentarían un día por guardia y los tendrías que internar. Eso remarcamos, evitar la internación. Ellos mismos te dicen ‘desde que estoy acá no me volví a internar’”.

Prestaciones

Alesso dejó en claro que la organización incluye numerosas prestaciones, entre ellas control psiquiátrico, servicio de enfermería a cargo de la administración y del control de la medicación, psicoterapia individual y grupal, entrevistas familiares, seguimiento nutricional así como también terapia ocupacional, musicoterapia, expresión corporal, artes plásticas y taller de huerta.

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Parte de la producción de lo sembrado en el marco del taller de huerta.

Actividades

“También hay actividades recreativas y sociales que se buscan hacer afuera de la institución. Por ejemplo participamos del tejido solidario que impulsó el municipio y vistamos el Archivo Gráfico y Museo Histórico”, manifestó la psicóloga.

Balance

Romera aseguró que a poco de cumplir el primer año de vida “el balance es súper positivo. El 90 por ciento de los pacientes que tenemos avanzaron un montón en lo personal, en grupo, con respecto a su patología mejoraron un montón, con respecto al espacio creció un montón, muchos han bajado los días que tienen que venir. Estas patologías son muy lentas, y que avancen para mí es súper importante”.