La Defensoría del Pueblo de Córdoba, a través de su defensor adjunto Carlos Galoppo, adhirió al comunicado emitido por la Asociación de Defensores y Defensoras del Pueblo de la República Argentina (ADPRA) en contra de la decisión presidencial que votó en contra de una resolución para la prevención de la violencia contra mujeres y niñas.

“Nuestro país fue el único integrante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en rechazar medidas, acciones y esfuerzos para prevenir, erradicar y condenar todas las formas y expresiones de violencia contra las mujeres e identidades disidentes”, subraya el comunicado.

En este sentido, desde ADPRA, calificaron a la decisión oficial como un grave retroceso en materia de protección de los derechos de las mujeres y las niñas, respecto de los compromisos nacionales, regionales e internacionales ya asumidos, quedando la República Argentina como el único país que votó negativamente en la Asamblea General de la ONU, integrada por 193 Estados.

Por su parte, Galoppo sostuvo: "Además de adherir al pronunciamiento de ADPRA, veo con gran preocupación que desde el Estado mayor se vulneren los derechos de miles de mujeres alrededor del mundo. Como integrantes de los distintos niveles del Estado, tenemos la responsabilidad de sumar recursos que promuevan una sociedad libre de violencia de género en consonancia con los tratados internacionales a los cuales nuestro país ya adhirió, como es el caso de la Convención de Belem do Pará y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer."

El funcionario destacó también que la Defensoría del Pueblo de Córdoba hace más de 10 años trabaja en la problemática de género. Mediante talleres, capacitaciones y programas, la institución llega a miles de personas que recibieron capacitación y herramientas para el abordaje y prevención de la violencia en comunidades educativas, clubes y distintos ámbitos de la sociedad civil.

ADPRA finalizó su comunicado manifestando preocupación por el correlato con un contexto de vaciamiento de las políticas públicas que promueven la igualdad de género y el derecho a vivir una vida libre de violencias.