La empresa Petroquímica Río Tercero (PR3) anunció que dejará de producir Diisocianato de Tolueno (TDI) en su planta de Río Tercero a partir del lunes 14 de octubre, como parte de una transformación forzada por la caída global de ventas y la sobreoferta de este producto, principalmente impulsada por la irrupción de plantas de gran escala en Asia. PR3 busca así asegurar la continuidad de otras operaciones y mantener su competitividad en el mercado local y regional.

En un comunicado oficial, la empresa explicó que su planta de Río Tercero tiene una capacidad limitada que le impide competir con grandes compañías internacionales. “Esta nueva etapa de Petroquímica Río Tercero es una consecuencia inevitable y obligada de un proceso que la empresa ha venido atravesando en los últimos años”, manifestaron. Con este cambio, PR3 se enfocará en proveer soluciones para la industria de la espuma y en la producción de otros químicos, como el Policloruro de Aluminio (PAC), utilizado para el tratamiento de aguas.

Sin embargo, este anuncio generó una reacción inmediata en el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQyP), que representa a los trabajadores de la planta. Según fuentes sindicales, más de 120 familias podrían quedar afectadas por esta decisión, lo que generó gran preocupación entre los empleados. 

Los trabajadores, que aseguran que la fábrica mantuvo su producción incluso durante la pandemia, cuestionan la decisión de la empresa, afirmando que PR3 ha obtenido «ganancias extraordinarias» en los últimos años. Además, han denunciado repetidamente a la empresa por problemas de contaminación ambiental y falta de seguridad en la planta, acusaciones que incluyen fugas de químicos peligrosos como fosgeno y ácidos nitrosos, que han afectado la salud de la población local.

El sindicato SPIQyP convocó una asamblea urgente en la que se resolvió esperar las notificaciones formales de despido, pero también se discutió la posibilidad de un plan de lucha, que incluye un paro total de actividades en PR3 y en otras fábricas químicas de la zona, como Atanor. Asimismo, se plantea la posibilidad de involucrar a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) para paralizar la producción en Fabricaciones Militares, cuya actividad está vinculada a la planta de hidrocarburos de Petroquímica.

A la par de las medidas sindicales, los trabajadores han iniciado un acampe frente a la fábrica, y se está organizando una movilización masiva junto a sus familias, exigiendo que el gobierno intervenga para evitar los despidos y garantizar condiciones de seguridad en la planta.