La Guardia Nacional se desplegó esta madrugada en Baltimore, policías con escudos bloqueaban las calles y los bomberos apagaban los incendios aún activos mientras una creciente zona de la ciudad aún sufría los disturbios tras el funeral de Freddie Grey, un hombre negro que murió bajo custodia policial. Se impuso un toque de queda diario durante una semana, a partir de hoy entre las 10 p.m. y las 5 a.m., informó la alcaldesa, Stephanie Rawlings-Blake, y las escuelas públicas de la ciudad anunciaron que permanecerían cerradas el martes.

Los incidentes comenzaron tras el funeral de un joven negro que murió mientras estaba detenido en una comisaría.

La furia se respiraba en las calles. Muchos corrían con el rostro tapado y cajas en las manos, los negocios cerraban mientras las llamas crecían, el humo era insoportable y la tensión aumentaba: autos quemados, saqueos, piedrazos, al menos 15 policías y varios civiles heridos fue el saldo de la violencia desatada en las calles Baltimore, muy cerca de Washington. Otra vez los disturbios por un caso de abuso policial contra un joven negro estallaron en Estados Unidos, ahora a 60 kilómetros de la Casa Blanca. La policía indicó que los agitadores eran en su mayoría adolescentes.

"Una buena parte (de los manifestantes) salieron directamente de los institutos. Se trata de jóvenes adultos de 15, 16 y 17 años. Saben diferenciar lo que está bien de lo que está mal", dijo el jefe de policía de Baltimore, Anthony Batts.

En esta ciudad portuaria donde viven cerca de 3 millones de personas, y con más de 60% de población afroamericana instalaron anoche el toque de queda y el estado de emergencia. Grupos de jóvenes se enfrentaron a piedrazos y bombas molotov con los policías, que se protegían con bastones escudos y cascos. Se veían decenas de jóvenes con capuchas y caras tapadas con pañuelos, algunos armados con palos y otros hasta blandían una espada tipo samurai.

Un patrullero y varios automóviles particulares fueron incendiados y una inmensa farmacia fue saqueada por varias horas y la gente entraba y salía con cajas de productos sin que la policía interviniera. Más tarde arrasaron un negocio para pagar cuentas y cambiar cheques, quizás en busca de efectivo. Luego, otro de venta de celulares. La familia del joven fallecido dijo estar en estado de “shock” por las imágenes que veía en la televisión y llamó a la calma.