Se hace pasar por empresario. Contacta a jóvenes mujeres de nuestra ciudad, promotoras y modelos, para ofrecerles hacer una producción de fotos e introducirlas en el mundo de la publicidad o los espectáculos. Y si la relación se afianza, llega el verdadero fin de la búsqueda: convertirlas en “damas de compañía” y prostituirlas .

Esta persona actúa bajo el nombre de Germán Mina en un perfil de Facebook (se desconoce si es su nombre real, ya que utilizaría varios perfiles), red social que utiliza para relacionarse con estas mujeres y hacerles diferentes propuestas laborales. Por los testimonios llegados a este medio, sería oriundo de la localidad de Laspiur.

Según pudo averiguar El Periódico, en la Justicia de San Francisco tienen su nombre registrado, aunque no por denuncias de acoso sino por estafa en la venta de un automóvil. El hombre está en libertad y por testimonios recolectados este medio pudo establecer que acosa a mujeres de San Francisco al menos desde fines de 2014.

Explotó en las redes

La imagen de Mina fue muy compartida en los últimos días en varios perfiles de Facebook, tras el intento de este de contactar a varias jóvenes alumnas de una escuela de modelos de nuestra ciudad, precisamente la que dirige Sandra Lorenz: “Ya contactó a la mayoría de las chicas de mi escuela, las que recibieron mensajes espantosos”, indicó Lorenz a El Periódico,  y confirmó que el supuesto empresario les ofreció realizar una sesión de fotos primero pero que luego intentó convertirlas en damas de compañía.

Lorenz indicó además que hace un año y medio esta persona, bajo el nombre de Germán Mina, la contactó por teléfono con intenciones de proponerle un negocio: “Me llamó y me citó a un lugar, yo le dije que lo esperaba en mi oficina para charlar pero nunca vino”, recordó.

El Periódico recibió en las últimas horas numerosas denuncias de jóvenes que fueron víctimas de Mina, e incluso acosadas y amenazadas hasta el cansancio en muchos de los casos. Además, otros testigos aseguran que se hizo pasar por vendedor de planes de autos que resultaron ser falsos.

“Me vivía llamando pidiéndome fotos desnuda”

Sol (nombre ficticio para resguardar a la víctima), tiene 25 años y vivió en carne propia el acoso de Mina. Habló con El Periódico para contar su dura experiencia.

“Primero me ofreció trabajo por Facebook; quería encontrarse conmigo a toda costa. Yo algo de desconfianza tenía por eso no le quise dar mi número de teléfono”, recordó la víctima. El primer trabajo que le ofreció fue hacer fotos para una firma local y hacer promociones de sus productos.

Sol le terminó dando el número de teléfono y ahí empezó el calvario: “Empezó a escribirme y llamarme a cualquier hora de la noche, me preguntaba si estaba sola, si estaba bien. Yo por ahí no contestaba los mensajes rápido y él me decía que no notaba interés en mí, que le iba a dar el trabajo a otra”.

La joven le respondió que necesitaba trabajar y por eso accedió a juntarse nuevamente con Mina, por un primer trabajo ofrecido. Ahí fue la sorpresa cuando el supuesto empresario le dice que tenía muchos amigos que buscaban chicas para acostarse a las que se le paga muy bien: “Me dijo que hacía fiestas negras, orgías, con varias chicas. Me mostraba fotos de personas teniendo relaciones, esto no me gustaba para nada. Me preguntó si lo haría y le dije que no. Me sentí incómoda y me fui”, explicó.

Pero la cosa empeoró porque los llamados se hicieron más recurrentes y hasta la comenzó a seguir a cada lado que iba. También contó que fue dos veces a la Policía pero que nunca le tomaron la denuncia porque le decían que los mensajes de Facebook no son válidos como prueba.

Los mensajes que la joven mostró a El Periódico no dejan lugar a dudas sobre las intenciones del acosador: le pedía fotos desnuda, le hacía preguntas obscenas y hasta la amenazó con violencia extrema si no trabajaba con él. No se reproducen textuales ni se muestran para resguardar la identidad de la víctima.

Fue tanta la desilusión y la angustia que Sol asegura que hasta pensó en quitarse la vida: “Tomé pastillas una noche porque no aguantaba más y estaba muy depresiva, por suerte me salvó mi hermana”.