Como siempre después de cada ataque en un centro de estudios en Estados Unidos, un país donde la violencia escolar armada es un fenómeno sin salida aparente, llegan las preguntas. ¿Cuál fue el móvil del atacante? ¿Pudo haberse previsto la agresión?

Esos son los interrogantes que surgieron ayer en Pensilvania, donde Alex Hribal, un alumno de 16 años de la escuela Franklin Regional High School, en Murrysville, sacó dos cuchillos de entre 20 y 25 centímetros y comenzó a agredir a estudiantes y adultos en su recorrido entre la entrada hacia una de las alas del establecimiento.

Como consecuencia, 21 estudiantes y un guardia de seguridad resultaron heridos, cuatro de los cuales están en grave estado.

El abogado del adolescente, Patrick Thomassey, y estudiantes de la Franklin Regional High School intentaron delinear la personalidad de Alex Hribal, en declaraciones a la prensa.

El letrado dijo a la cadena televisiva ABC que Hribal era un buen estudiante, que se relacionaba con sus compañeros y nunca había estado metido en problemas hasta el incidente de ayer.

Thomassey reconoció que Hribal apuñaló a las víctimas y dijo que no sabía que lo había motivado. Agregó que el joven está arrepentido, pero al parecer no alcanza a comprender la gravedad de sus acciones, por lo que solicitó que un experto examine su condición mental, aunque aseguró que nunca tuvo problemas psiquiátricos.



Según el abogado, Hribal no era un chico solitario ni tampoco la familia tenía conocimiento de que el muchacho hubiese sido blanco de abusos o prepotencias que hubiesen podido provocar el ataque.

"Alex está asustado. Es un muchachito con un promedio de notas B+, un hogar y una familia estables. Tiene 16 años y parece un chico de doce", según la descripción que hizo Thomassey.

Los padres de Hribal "están destrozados, no pueden comprender qué le ha ocurrido y expresan sus condolencias a todos los afectados", agregó.



Tímido


Por su parte, algunos compañeros de clase entrevistados por diversos medios han dado descripciones variadas en las que señalaban que era más bien tímido y que se relacionaba poco con otros alumnos.

Morgan Ritchey, una de las alumnas de la escuela y que compartía dos clases con Hribal, lo describió como "un poco incomprendido".

"Siempre sentí que había en él un aspecto diferente que nadie conocía y que era, digamos, difícil de descubrir", opinó Ritchey.

Nate Moore, que fue atacada en la cara por Hribal, dijo que el agresor "no decía nada'' mientras perpetraba el ataque. "Su cara no reflejaba ira. Tenía la expresión vacía", agregó.



Juicio como a un adulto


Hribal permanece recluido en un centro de detención para delincuentes juveniles en el condado Westmoreland, donde fue acusado durante la noche de cuatro cargos de intento de homicidio y 21 cargos de agresión agravada. Allí llegó desde el hospital, donde fue atendido por cortes en sus manos.

Las autoridades le negaron la libertad bajo fianza, por considerarlo una amenaza para la sociedad, y anunciaron que se lo enjuiciará como adulto.

Durante una breve audiencia en la madrugada del jueves, el fiscal federal John Peck dijo que después de que lo detuvieran, Hribal dejó entrever que quería morir.

El año pasado hubo al menos dos ataques con cuchillo en escuelas, el primero en una universidad comunitaria en Texas, en abril, en el que hubo al menos 14 heridos.

Un estudiante de 17 años perdió la vida y tres más resultaron heridos en otra agresión ocurrida en septiembre en una secundaria también en Texas.

El ataque en Pittsburgh ocurrió alrededor de las 7.15, pocos minutos antes del inicio de clases en la secundaria regional Franklin, de 1200 alumnos, ubicada en una zona de clase media alta a 24 kilómetros al este de Pittsburgh.