Anoche, en pasaje Santa Fe 50, en barrio José Muñoz, apareció muerta una mujer de 62 años. Su marido la halló cerca de las 20, tendida en el piso de la cocina, con una herida presuntamente de bala en el rostro. Personal de la Policía Judicial, con participación de la Fiscalía 1, trabajaba en el lugar para tratar de determinar si fue un homicidio o un suicidio. Fuentes policiales dijeron que el marido reveló que la mujer padecía problemas de salud y que se deprimía con frecuencia.

En el otro episodio, Gastón Fernández (70), quien se dedicaba a la construcción, fue hallado muerto días atrás en una casa en obra, en Carlos Paz.

Si bien al comienzo el caso se presentaba como dudoso (se había caratulado como “muerte de etiología dudosa”), todo apuntaba a un “accidente”. Sin embargo, la autopsia terminó por despejar dudas: los golpes que presentaba en la cabeza no eran de una simple caída en la obra en construcción, sino que habían sido efectuados de forma intencional por una o dos personas.

Por este nuevo homicidio en Córdoba, cuyas causas son un misterio por ahora, no hay detenidos, ni sospechosos claros. El caso está en manos del fiscal de instrucción Nº 1 de Villa Carlos Paz, Gustavo Marchetti, quien a su vez tiene otro intrincado asesinato de compleja dilucidación: el mecánico que apareció semanas atrás calcinado en su automóvil en las afueras de la localidad de Tanti.

En relación con Fernández, se sabe que estaba separado, tenía hijos y vivía solo en la misma villa serrana. El pasado miércoles 16 del corriente, pasado al mediodía, fue hallado muerto en una casa en construcción que se erigía en un primer piso en calle Zuviría al 735 del barrio Santa Rita de la villa.

En principio, los pesquisas policiales tienen descartado el móvil de un robo. Es que a la víctima se le encontraron entre sus ropas unos ocho mil pesos en efectivo. Además, no le sustrajeron la Chevrolet Blazer con que se movilizaba y que quedó estacionada a metros de la obra. No tenía celular, porque no usaba. “El caso está intrincado. No se descarta ninguna hipótesis. Y se están analizando sus relaciones personales y laborales”, alcanzó a deslizar un vocero del caso, antes de dar por concluida la charla.

Al parecer, a Fernández lo mataron a golpes en la cabeza (¿desde atrás?) con un elemento duro que posiblemente había en la obra. La lluvia de aquella jornada complicó las tareas de búsqueda de rastros en la escena del crimen. El hombre se dedicaba a la construcción. Compraba terrenos, contrataba equipos de albañiles y erigía viviendas de “nivel”, según fuentes del caso.

Fuente: La Voz del Interior