Daniela (41) una enfermera que reside con su hijo en barrio Guadalupe, ciudad de Santa Fe, y trabaja atendiendo a pacientes infectados de coronavirus, fue amenazada por vecinos para que se vaya del sector. 

Siempre tuvo buena relación con ellos, incluso algunas veces los atendió en horas de la madrugada por alguna urgencia, como medir la presión o colocar una inyección. Por eso no le había dado importancia al cartel que apareció en su domicilio semanas atrás, que rezaba: "Andate, nos vas a infectar a todos". Pensó que era una broma. 

Pero ese mismo día, se dio cuenta de que las cosas habían llegado demasiado lejos. Cuando regresó a su casa después del trabajo, su hijo le comentó que Gabyta, la perra que estuvo 16 años con la familia, yacía muerta en el patio, y que la gata estaba agonizando. 

Sin perder el tiempo, corrió a la veterinaria para intentar salvarle la vida al animal. Pero tras un día y medio de lucha, finalmente murió. Había ingerido carne con vidrio molido, y los órganos del felino estaban destrozados. No había lugar para dudas: ambos animales fueron asesinados, y el autor debía ser algún vecino del barrio. 

La gata murió tras agonizar durante un día y medio.

La gata murió tras agonizar durante un día y medio.

En diálogo con el programa radial La Noche al Aire, Daniela relató sus sensaciones: "Soy enfermera paliativista y trabajo con pacientes de coronavirus. Toda la vida ayudé a mis vecinos cuando necesitaban algo. Sin embargo, cuando empezó la cuarentena y toda esta locura, me encontré con un cartel en la puerta de mi casa que decía que me tenía que ir porque iba a infectar a todo el barrio". 

Al principio no le prestó atención: "Pensé que era alguna broma porque no me llevo mal con nadie y mis perros no salían, tampoco mi gato. Pero esa noche, cuando llegué de trabajar, vino mi hijo y me dijo que la perra y el gato estaban envenenados. La perra ya había muerto, tenía 16 años, y Junior, mi segundo perro se salvó porque ya está grande y no sale para nada de casa. Al gato intentaron salvarlo, pero no hubo manera". 

Daniela es madre soltera y vivió toda la vida sola con su hijo. Las mascotas les hicieron compañía, por lo que siempre fueron importantes para ellos: "Nosotros somos dos, toda la vida fuimos dos y los animales eran nuestra vida. Esto fue por ignorancia y maldad. Uno no busca enfermarse, tarde o temprano a esto lo vamos a tener todos. Nadie está exento".

La enfermera, que trabaja en una clínica privada, no ocultó sus sensaciones al respecto y afirmó que la relación con sus vecinos cambió a partir del incidente: "A veces salgo y les veo la cara y me pregunto por qué lo hicieron. Mis mascotas no eran animales que salían a la calle a molestar. No me gusta la maldad, yo siempre trato de ayudar a todo el mundo, pero sacaron lo peor de mí. Con los animales no se hace eso. Encima yo me sentí culpable, porque de alguna manera los mataron por mí".

Y finalizó sus declaraciones con una frase que llama a la reflexión: "Una estudia para ayudar a la gente y ahora, la verdad, no me dan ganas de hacerlo. Es muy doloroso lo que hicieron", se lamentó.