Cansado de los robos en su comercio, el propietario de una carnicería en barro Jardín disparó a dos presuntos ladrones que quisieron ingresar a su negocio, aparentemente en dos ocasiones en esta madrugada. “No fue mi intención agredirlos, quise intimidarlos para que no vuelvan a ingresar a mi negocio”, explicó Juan Luque, el carnicero, en declaraciones radiales a AM 1050.

Según relató Luque, esta madrugada alrededor de las 3:15 dos delincuentes rompieron un vidrio en la carnicería el Rey de la economía, ubicada en la esquina de Juan B. Justo y Catamarca, en barrio Jardín, con intenciones de robo aunque no pudieron llevarse nada, ya que a ese horario regresaba el hijo del propietario y advirtió a la policía.

Luque vive a media cuadra de su comercio, por lo que, ofuscado, tomó una escopeta y se instaló en su carnicería para protegerla.

Volvieron por algo

El carnicero agregó que horas más tarde, cerca de las 5:40, los delincuentes volvieron a tratar de llevarse algún botín aunque no contaron con que Luque se encontraba dentro del local y salió, según dijo, a intimidarlos. El comerciante aseguró que quiso efectuar un disparo al aire para intimidarlos, con la mala fortuna que se resbaló y algunos de los perdigones hirieron a los menores a la altura de las pantorrillas izquierdas.

“En 20 días me entraron tres veces a robar-sostuvo Luque-. El martes entraron y anoche de vuelta, uno ya está cansado, uno trabaja todo el día y no puede dormir para darle vida a éstas lacras”.

“En un primer momento entraron y se ve que vieron que llegaba mi hijo, que me dijo que habían roto el vidrio. Llamé a la Policía, y al tener el vidrio roto me tuve que quedar adentro y por mi seguridad me traje un arma, una escopeta”, relató.  

“Lo otro pasó cuando volvieron a las 5, cuando me estaba por ir a mi casa a tomar un café y siento que llega una moto, salgo y los quise asustar con un disparo, con la mala suerte que me caigo y el tiro sale al piso. Lamentablemente los alcanzo a tocar con los perdigones de la escopeta. No fue mi intención agredirlos, quise intimidarlos para que no vuelvan a ingresar a mi negocio”, dijo el comerciante.

Amargado

El hombre se mostró dolido en su testimonio por el hecho que le tocó vivir. “Mi familia está preocupada. Y a los padres de éstos chicos, si tengo que hablar con ellos para pedirles disculpas lo voy a hacer porque soy una persona honesta y trabajadora”, explicó.

Uno de los menores vive a unos 30 metros del comercio de Luque y sus padres son clientes de la carnicería. “Nos vemos a diario y nunca tuve un solo problema con ellos”, añadió.

Esta mañana Luque volvió a trabajar con la preocupación de instalar rejas para darle mayor seguridad a su local.