Proyectar la economía circular teniendo en cuenta su triple impacto (social, económico y ambiental), contemplando la separación en origen, no deja de ser un buen objetivo. Y si se tienen en cuenta modelos que ya tienen una experiencia construida, tal es el caso de Córdoba, mucho mejor.

En Argentina se producen 45 mil toneladas de residuos por día. A razón de más de un kilo por persona cada 24 horas. Y la gran mayoría de ellos son reutilizables. En San Francisco, a mediados de 2020, la empresa Ashira S.A. advirtió un aumento en la generación de estos de un 30% más que épocas de prepandemia. Números que apenas disminuyeron en la actualidad.

Economía circular, la idea de separar residuos y reutilizarlos que toma envión en San Francisco

Asimismo, la recolección diferenciada es todavía una deuda pendiente. En nuestros hogares no se separa ni se clasifica y en los espacios públicos hubo un intento con la colocación de cestos de tres colores diferentes, pero basta hurgar un poco sobre lo que hay dentro para saber que nadie respeta su función ni el municipio informó cómo utilizarlo. Tampoco se aclara para qué sirve cada color, es decir no existe concientización ni información. Sí, cabe reconocer, hay centros vecinales que aportan su granito de arena con canastos especiales para el depósito de botellas plásticas.

Si vemos la disposición final de los residuos nos encontramos con otro problema, ya que no es la más adecuada. Un basural que en alguna oportunidad se convirtió en Relleno Sanitario pero que con los años volvió a su origen y a su desorganización.

Mientras tanto, en municipios más chicos del departamento San Justo se trabaja en la basura desde hace varios años. Porteña, Freyre y Morteros la separan y hasta la venden, por citar algunos ejemplos.

Por eso, ante un nuevo escenario de producción y consumo nacido con la pandemia, la economía circular plantea al menos un intento de solución a estas problemáticas. Los residuos son aprovechados, reciclándolos o dándoles una nueva vida para convertirlos en nuevos productos. Por esto y más, San Francisco no debe dejar pasar la oportunidad.