“Economía circular” es un término del que suele hablarse y mucho no tan lejos de San Francisco. Se trata de un nuevo modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo y tiene un triple impacto: social, económico y ambiental.

La ciudad de Córdoba, por citar un caso, impulsa en el último tiempo este modelo que inicia con la separación domiciliaria realizada por vecinos y además grandes generadores, culminando con ecosubastas. Esta metodología permite a la Municipalidad capitalina -que encabeza Martín Llaryora- ofrecer los materiales reciclados a empresas privadas de todo el país, que pugnan por realizar la mejor oferta para comprarlos.

Lo recaudado, en tanto, vuelve al sistema para sostener los costos operativos de los cinco “Centros Verdes” que hoy tienen en actividad, en los que trabajan unas 200 personas nucleadas en 14 cooperativas.

Martín Llaryora visitó días atrás la ciudad para reunirse con Damián Bernarte.
Martín Llaryora visitó días atrás la ciudad para reunirse con Damián Bernarte.

Este modelo de reciclaje evita que miles de toneladas de materiales reutilizables se pierdan en el entierro tradicional dentro de un basural, como sucede en San Francisco. Pero además amplía la oferta para que los vecinos de la ciudad puedan realizar una separación de residuos responsable.

Por eso, lo que todavía se está desarrollando en Córdoba es un modelo a imitar por el intendente Damián Bernarte, quien durante la semana recibió a su par Llaryora. Entre otras cosas, ambos acordaron trabajar en proyectos de cooperación donde lo ambiental es clave.

"Nosotros estamos generando un proceso de economía circular en la política ambiental y estamos siendo referentes en Latinoamérica. Pero no es solo un tema ambiental, sino también de pymes, de muchísimos puestos de trabajo que se van a crear", pronosticó el mandatario capitalino.

El puntapié en San Francisco

En el predio de la Secretaría de Políticas Sociales (ex CUEM) se construye actualmente el primer centro de acopio local. En este “Punto verde”, como ya se lo denomina, comenzará a implementarse de manera paulatina un programa de separación de residuos.

Será un lugar equipado para la recepción voluntaria de desechos tales como papeles/cartones, plásticos y metales, los que luego de su acopio se entregarán gratuitamente a las cooperativas de recicladores de la ciudad para su comercialización.

Voluntario es porque será el vecino el encargado de hacer una separación correcta en su casa, colaborando con el medioambiente.

Para el secretario municipal de Modernización -área a cargo de esta tarea-, Mario Daró, el proyecto se desarrollará de manera “gradual” entendiendo que implicará un cambio cultural: “Es un tema de educación, de cómo la gente puede en su casa separar estos residuos en su domicilio para llevarlos a este punto de acopio”, explicó ante la consulta de El Periódico.

El funcionario agregó que la Municipalidad será responsable sobre dónde irá a parar ese material reciclado: “Nosotros deberemos cerrar el círculo, es decir, ponemos un punto de acopio, recibimos los materiales y debemos reubicarlos para que la gente vea que no van a ir al relleno sanitario”.

Daró aclaró además que en un principio no se desarrollará esta iniciativa en espacios abiertos y libres porque se corre el riesgo de que los materiales se mezclen: “La primera etapa es en espacios cerrados de acceso controlado para que la separación sea la correcta”, dijo.

De funcionar correctamente, la idea es ir incorporando nuevos puntos en otros sectores. En definitiva, de lo que se trata es de seguir evitando un enterramiento innecesario en el actual basural a cielo abierto que existe en San Francisco. Pero, además, esa basura que sale del circuito termina en manos de personas que la utilizan como medio de vida, en este caso los recicladores.

También, pudo saber este medio, se intenta sumar a las instituciones y comercios que colaboren con sacar a la calle estos materiales en días y horarios especiales.

Algo hay que hacer a favor del medioambiente