Ante el embate de la ola de ómicron, que está provocando contagios diarios de más de 200 mil personas, desde este lunes Francia aliviará las condiciones de aislamiento de los casos positivos de coronavirus, siempre que hayan completado su pauta de vacunación, y elimina el de los contactos estrechos. El objetivo es evitar en lo posible una “desorganización” de sectores clave de la sociedad debido a bajas laborales masivas al regreso este lunes de las vacaciones navideñas.

Según ha revelado este domingo el ministro de Sanidad, Olivier Véran, los positivos vacunados, sea cual sea la variante de Covid-19 con la que estén infectados, deberán aislarse solo durante siete días, periodo que podrá reducirse a cinco, si el test realizado al quinto día desde que se confirmó el contagio es negativo y la persona ha pasado sin síntomas las 48 horas anteriores. Para aquellos que no hayan completado aún la pauta vacunal o que no estén vacunados, el aislamiento se mantiene en 10 días, aunque podrán romperlo al séptimo si el test efectuado en ese momento da negativo y llevan sin síntomas 48 horas. “Armonizamos y simplificamos” las normas, ha dicho Véran en el dominical Journal du Dimanche.

Por su parte, los contactos estrechos de los contagiados no deberán guardar cuarentena, siempre y cuando estén vacunados y den negativo en un primer test realizado nada más conocer que estuvieron con un positivo. Además, deberán someterse a nuevas pruebas —antígenos o PCR— dos y cuatro días después del primero, para confirmar que siguen sin contagiarse. Dado que en Francia los test son gratuitos para todos los vacunados (que tengan tarjeta de la Seguridad Social), estos contactos estrechos recibirán en las farmacias las pruebas de antígenos necesarias para hacer el seguimiento si presentan el primer resultado negativo, según ha anunciado Véran. Por el contrario, la cuarentena para los contactos no vacunados será de siete días.

“Hay que evitar la desestabilización de la vida social y económica”, dijo Véran para explicar la decisión de reducir los tiempos de aislamiento, que había adelantado la semana pasada, aunque sin precisar los plazos, el primer ministro, Jean Castex.

“Todos entienden que, si todo el mundo está aislado, el país se detiene, lo cual es perjudicial, también para la salud de los franceses”, agregó el ministro, según el cual “ómicron es demasiado contagioso para ser totalmente detenido, salvo si volvemos a un confinamiento absoluto”. Francia se apresta a superar los 10 millones de positivos en los próximos días, antes de que se supere el pico de la nueva ola, según Véran.

Tras el periodo navideño, la gran prueba comenzará este lunes, con el regreso a clase —el Gobierno no ha querido aplazar la vuelta al cole— y al trabajo para gran número de franceses. La mascarilla vuelve a ser obligatoria en exteriores en muchas zonas de Francia —incluida toda la región de París— incluso para los niños mayores de seis años, según un decreto publicado este fin de semana. Además, desde este lunes, regirán nuevas restricciones, como la prohibición de consumir alimentos o bebidas en transportes públicos, incluso en trenes de larga distancia, o en cines, teatros o centros deportivos. Tampoco se podrá ya consumir de pie en bares o restaurantes y el aforo de grandes eventos queda reducido a 2.000 personas en interior y a 5.000 en exteriores. Asimismo, vuelve el teletrabajo al menos tres días a la semana, preferiblemente cuatro, bajo pena de fuertes multas por incumplimiento.

Fuente: El País