Una intensa balacera entre miembros de bandas rivales en una cárcel de Ecuador la madrugada de este sábado dejó al menos 68 internos fallecidos y 25 heridos, informaron las autoridades. Es la masacre más reciente que golpea al sistema penitenciario en el país andino.

La Fiscalía General informó en su cuenta de Twitter sobre el nuevo saldo de víctimas y dijo que abrió una investigación por los hechos violentos y asesinatos ocurridos dentro de la Penitenciaría del Litoral, situada en la ciudad costera de Guayaquil.

Los hechos ocurrieron en el mismo centro presidiario donde se han producido antes matanzas entre internos pertenecientes a bandas relacionadas con el narcotráfico local e internacional, según las autoridades. A fines de septiembre un enfrentamiento dejó más de 119 fallecidos en esa prisión, que tiene una población de más de 8.000 reclusos.

Pablo Arosemena, gobernador del Guayas -cuya capital es Guayaquil- señaló a la prensa que grupos de reclusos “estaban tratando de dinamitar (la) pared para ingresar y concretar la masacre. También quemaron colchones y querían ahogarlos en humo... para concretar la masacre en Pabellón 2 (con 700 internos). No había luz... el sistema de iluminación había sido destruido”.

“Estamos luchando contra el narcotráfico. Es muy duro”, aseguró Arosemena.

En lo que va del año se han registrado más de 324 reclusos fallecidos en enfrentamientos y motines carcelarios en todo el país, según las autoridades.

Drones

La comandante de la policía, general Tanya Varela, afirmó que “habíamos divisado con drones que estaban tres pabellones libres y los presos estaban armados y con explosivos’' intentando ingresar al pabellón 2 que estaba sin su líder, liberado por la Justicia esta semana.

Destacó que pese al riesgo, los efectivos policiales ingresaron a las 2:00 de la madrugada para proteger al pabellón atacado y lograr que el resto regresara a sus celdas. “Estos hechos obedecen a una disputa de territorio de bandas delictivas. Esto porque hay pabellones ahora sin cabecillas’', añadió.

De acuerdo a un informe policial al que tuvo acceso The Associated Press, tras la balacera la policía decomisó explosivos, un fusil y dos pistolas en ese recinto carcelario, considerado el más violento del país y situado a 270 kilómetros al suroeste de la capital.