Lorena Navarro (31) allanó un camino dominado por hombres y es una de las pocas mujeres que trabaja en un taller de autos en nuestra ciudad. Si bien en sus primeros días de trabajo muchos la miraban raro, hoy disfruta del respeto de sus compañeros, clientes y familiares.

“Al principio les llamaba la atención a los clientes ver que haya una mujer en el taller, pero ya no, se acostumbraron”, comentó Lorena, que ya lleva cuatro años trabajando en la concesionaria oficial Citroën Parra Automotores.

La mujer comenzó como empleada de limpieza en dicho establecimiento, hasta que en febrero de 2013, surgió la posibilidad de sumarse al taller. Primero comenzó a lavar autos hasta convertirse en ayudante de servicio.

"Me encantan los autos y todo lo que tiene que ver con este trabajo. Empecé con el lavado de los autos pero como soy metida y quiero aprender, comencé a acondicionar los vehículos antes de la entrega. Soy muy curiosa y trato de investigar todo", confesó Lorena.

En los detalles finales

La responsabilidad de Lorena es la pre entrega, que se trata de una importante tarea, pues de ahí depende la calidad final del producto, la satisfacción del cliente y, por supuesto, la imagen del concesionario. Es el proceso donde se determina que todos los componentes hidráulicos, mecánicos y eléctricos, así como la tapicería, la pintura y los boceles estén en perfecto estado y funcionen como debe ser.

"Me encargo de todo lo que es pre entrega, la decodificación de la computadora, la prueba de luces, de todas las llaves y piezas del vehículo antes de ser entregado", explicó.

Pero su tarea no se limita solamente a los automóviles cero kilómetros que vende la empresa sino también a la puesta a punto de los usados que se reciben como forma de pago.

Su ejemplo

Lorena es consciente que hay muchas mujeres a las que les gustan muchos los autos y la mecánica y tal vez serían felices en un trabajo como el suyo, pero que no se inclinan a esas tareas por temor a prejuicios.

"No creo que la mujer tenga que trabajar solamente detrás de un escritorio o en la atención al público. Podemos desempeñarnos en cualquier rubro al igual que un hombre", sostuvo.

Cuando su horario laboral termina, llega su otra tarea, tal vez la más importante, la de regresar a su casa, a la rutina de madre con sus tres hijos y su marido.

Trabajar desde jovencita

Ya desde los 15 años Lorena Navarro comenzó a trabajar en el lavadero de su padrastro, había sido mamá de jovencita y necesitaba el dinero para darle una mejor vida a su pequeña.

“Mi padrastro tenía un lavadero y yo le iba a ayudar. Entonces cuando ingresé a la concesionaria faltó un chico que lavaba los auto, me preguntaron si conocía a alguien para hacer el trabajo, les dije de lo hacía yo que hice eso durante muchos años. Y así quedé en la empresa”, reveló.

En la actualidad Lorena es mamá de Rocío (15 años), Milagros (11) y Rodrigo (7). Según la mujer, nunca tuvo problemas para adaptarse a su nuevo trabajo: "Mis compañeros lo tomaron como algo natural. Nunca sufrí discriminación ni nada por el estilo, el ambiente de trabajo es excelente", dijo.

Más allá de que le encanta su trabajo, Lorena no pierde la coquetería, siempre usa sus aritos, pulseras, anillos y hasta se maquilla. “No dejo de estar arreglada por trabajar en un taller", aclaró.