En una nueva muestra de solidaridad, un grupo de mujeres inició una campaña solidaria para recolectar lanas, transformarlas en frazadas, y brindar abrigo a quienes más lo necesitan. La iniciativa surgió del proyecto “Cadena de Favores”, integrado por  Lola Salas, Gisela Orlandi y Lorena Galotto, quienes acompañadas por Lorena Dietz, pastelera y repostera, y Carina Gudiño, que colabora en la difusión, ya venían realizando tortas para colaborar con las meriendas en los comedores solidarios.

Esta nueva movida solidaria, que se lleva adelante en conjunto con el Banco Credicoop, propone la donación de lana o de cuadraditos de lana ya tejidos. Las donaciones se pueden acercar a la sucursal bancaria de Bv. 25 de Mayo 1763, de 8 a 13.

“Lo hacemos en conjunto con el Banco Credicoop por una cuestión de comodidad, porque mucha gente a veces no tiene en qué llevar, en qué ir, o se nos complica ir a buscar. Entonces en el banco va a haber una cajita para depositar. Como queda en el centro, resulta más práctico”, explicó Orlandi, una de las organizadoras.

Voluntarias juntan lana y arman frazadas para abrigar a familias humildes

Cómo va a funcionar

Otra forma de colaborar es donando prendas de lana que ya no se utilicen, las cuales se destejerán para aprovechar el material. También, se pueden sumar voluntarios a coser.

“Llegado el frío de acá a unos días, pensamos en hacer cuadraditos de lana para armar frazadas, acolchados. Buscamos quien tenga sobras de lana o quien quiera compartir lanas nuevas o usadas, pulóveres incluso. Ahora es la época de recambio, de acomodar placares, y te podés encontrar con algún suéter tejido que querés desechar. Nosotras los destejeríamos y aprovecharíamos la lana de ese suéter”, detalló Orlandi.

Seguidamente, sumó: “También estamos buscando personas que tejan. Sabíamos que había grupos de mujeres que obviamente con la pandemia no se pudieron juntar más, pero que a lo mejor lo están haciendo desde sus casas. Entonces estaría buenísimo encontrar gente que teja para agilizar un poco el trabajo y cuanto antes empezar a armar y distribuir. Tenemos a algunas personas, pero siempre hablamos de gente adulta mayor y no queremos ni cansarlas ni que sea una exigencia, sino que lo disfruten. Por eso, mientras más manos tejedoras haya, mejor”.

Los cuadraditos que se utilizarán serán de 20 centímetros por lado: la unificación de las medidas obedece a simplificar  la tarea posterior. “Los vamos a entrelazar y se van a hacer acolchados y frazadas que después se van a repartir en los lugares en los que más se necesite. Ya conocemos lugares, familias, asentamientos”, dijo la mujer.

También alimentos

A la par de que sumaron esta nueva propuesta, el grupo sigue impulsando otras campañas.

Voluntarias juntan lana y arman frazadas para abrigar a familias humildes

“Empezamos con las meriendas, con las tortas, porque se dio así. Fue una demanda en ese momento de comida. Ahora, con un año prácticamente de caminar esos lugares, fuimos conociendo distintas necesidades. Y ahora, considerando que se viene el frío, el abrigo es una oportunidad de ayudar de otra manera. Pero la idea nuestra es estar siempre presentes y tratar de cubrir alguna necesidad”, describió Orlandi.

Por eso, siguen recaudando harina, huevos, leche, azúcar común e impalpable, dulce de leche, aceite, pero también puré de tomate, arvejas, fideos, arroz o demás alimentos no perecederos. Asimismo, también juntan ropa y calzados.

“Si bien nuestro fuerte son las tortas, porque así arrancamos y tenemos quien las materialice, recibimos de todo. Hasta carne picada llegamos a donar a un merendero. Todo lo que quieran donar, siempre es bienvenido. Se materializa en alimentos para un montón de pibes”, sostuvo la voluntaria.

Voluntarios son todos

Más allá de que la cara del proyecto sea la de un grupo de mujeres, reconocen que voluntario es cada una de las personas que colabora con ellas.

“Nosotras tres somos quienes llevamos adelante el proyecto y nos organizamos, vemos qué hay, dónde, buscamos, llevamos. Pero voluntarios son todos los que nos acercan algo. Aquel que me trajo tres huevos es un voluntario del proyecto”, reconoció Orlandi.

Sobre el final, la voluntaria se refirió al panorama con el que se encuentran en la actualidad al recorrer las calles: “Hay más chicos, el número se incrementa, dependiendo el barrio se incrementa muchísimo. Después hay merenderos en donde hay hijos de padres laburantes que van porque a lo mejor están solos y no lo hacen por fala de ingresos, sino porque se encuentran contenidos y cuidados por alguien, en vez de estar solos en la casa o en la calle. No todos los pibes que van al merendero lo hacen por hambre pero todos buscan contención”.

“Ahí son vistos los pibes, ahí hay alguien que loa mira a la cara, que les sabe el nombre, los años que tienen. En el merendero tienen un espacio donde se los incentiva, se les habla de la importancia de ir a la escuela, se los felicita, se los acompaña, ahí ellos encuentran un ojo que no los juzga”, cerró.

Para colaborar, también se puede llamar a los teléfonos 3462663713, 3564667199 o 3564619358.