“Comencé a diseñar mi casa cómo a mí me gustaba funcionalmente. Una vez que la tenía diagramada, me di cuenta que el diseño de ciertas partes se podía hacer con contenedores. Y como siempre me interesó buscar y generar cosas diferentes para mis clientes, quise lo mismo para mí”, cuenta el arquitecto José Schreiber.

Así nace entonces el proyecto de construir una vivienda diferente en la ciudad. Por su formación profesional, Schreiber tenía un conocimiento previo de la reutilización de containers para su uso como vivienda, e incluso en los sectores comerciales e industriales.

“Empecé a investigar bien cuáles eran sus dimensiones, su sistema constructivo, su resistencia y una vez recabada toda esa información lo decidí. Me contacté con gente de Buenos Aires que los vende, fui hasta allá, los traje y los monté”, recuerda.

El hogar

Se compone de dos cajas metálicas dispuestas en “L”, que estructuran la planta baja con todos los servicios: ingreso, cocina y despensa en un contenedor. Lavadero, baño, asador, taller y depósito en el otro.

El vacío entre ambas cajas es donde se desarrolla la vida pública: quincho cochera y estar comedor. Sobre ellos, en planta alta, se sitúa el elemento unificador del conjunto: un gran volumen macizo de construcción tradicional que gravita sobre los contenedores, cobijando en su interior el área privada de dormitorios y baño.

Los interiores de los contenedores se encuentran acondicionados con espuma de poliuretano, en cielorrasos se pintó con látex y en cerramientos verticales fue revestida con paneles de roca de yeso, ocultando instalaciones.

Las aberturas ubicadas hacia la calle se realizaron utilizando la chapa de acero extraída de las caladuras en los contenedores, y la puerta de acceso es el mejor ejemplo.

Los pro y los contras

Según Schreiber las virtudes de una casa conteiner son iguales o mejores a la de cualquier obra. “Desde el punto de vista económico significa un 20 o 25 por ciento menos de gastos que una construcción tradicional. Y se puede realizar en etapas. Te permite comprar el contendor que se puede ir utilizando como depósito de materiales o como quincho mientras se construye el resto de la estructura. Depende del uso que se le quiera dar”, describe.

En cuanto a las dificultades de trabajar con containers, el arquitecto se enfrentaba a un tipo de construcción nueva. “No existe un manual de instrucciones. Todo necesitaba estudiarse en detalle y dedicación”, asegura. Y agrega: “Todo el mundo tiene la idea de que es algo sencillo, porque ya hay una estructura armada, sin embargo requiere la misma atención de que si estuvieras construyendo una casa con ladrillos, porque se deben cumplir los mismos requerimientos”.

Nuevas casas containers

En la actualidad Schreiber se encuentra trabajando sobre dos viviendas que incluirán contenedores. “Se trata de proyectos de gente joven, que tienen ganas de hacer algo diferente a lo tradicional, vieron la obra finalizada y se decidieron”, comenta el arquitecto. “Pero es una realidad –agrega- que a la mayoría de gente le cuesta pensar en una vivienda fuera del ladrillo, la loza y el revoque, y más en una ciudad del interior como la nuestra”.

De todos modos anticipa que los contenedores comienzan a aparecer como una alternativa a la hora de la construcción “aunque no van a dejar de ser un bicho raro”, sostiene.

DESTACADA

El proyecto de la casa container de José Schreiber fue publicado en la web de ArchDaily (www.archdaily.com), una de las páginas de arquitectura más reconocidas del mundo y estuvo entre lo más visto de la semana.