Pocos minutos después de que el guardia de seguridad de los Tribunales de San Juan abriera las puertas del edificio, el jueves por la mañana, apareció ella. Una chica de 22 años, con su nene de dos en brazos y un mensaje claro: "Hola, este es mi hijo y quiero darlo en adopción".

El policía tardó unos segundos en entender que era cierto, que no era una broma de mal gusto y que más vale hacer las cosas bien porque hay una criatura en el medio. Entonces llamó a la doctora Patricia Sirera, Asesora de menores, que rápidamente se contactó con el Juez de menores (Dr. Esteban de la Torre) y el personal de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia para encarar el asunto.

Mientras tanto, la joven madre comenzó a responder algunas preguntas. Le explicó al oficial que había sido un embarazo inesperado y que ella no había querido tener al bebé pero que su mamá la había obligado. Sin embargo ese día se animó, esperó a que la abuela del pequeño se fuera a trabajar y a las 10 de la mañana se presentó ante la Justicia.

"La mujer preguntó qué tenía que hacer para entregar a su hijo en adopción. Creo que es la primera vez que en Tribunales se acerca alguien con esta intención, fue algo poco común. Tanto ella como el menor estaban bien vestidos y, aparentemente, en buen estado de salud. De inmediato dimos parte a las autoridades correspondientes", contó luego el oficial inspector Miguel Castro a los medios locales.

Al rato, la madre y el nene fueron trasladados hasta una dependencia de la Dirección de Niñez, donde tuvieron una primera entrevista con el equipo técnico de esta repartición. Ella contó su historia, argumentó que no podía mantenerlo y sostuvo que no quería "regalar" al chico, sino darlo en adopción.

"Ahora, el personal de la entidad estatal deberá abordar los análisis pertinentes para conocer el entorno familiar de esa mujer y su hijo y el problema por el que atraviesa. Y una vez finalizados se podrá saber si fue el resultado de un arrebato o se una situación excepcional, de algún conflicto familiar", dijo la Dra. Sirera.

Por la tarde trascendió que las autoridades gubernamentales habían decidido que el chiquito quedara en resguardo en un hogar del Estado, como una medida de protección, hasta que se determinen las medidas a seguir.

Mientras la madre y su hijo definen su futuro, en las redes sociales ya se debate la decisión de la chica con opiniones contrapuestas.

Fuente: Clarin