Acá tenés que ir anexando porque la gente te pide productos nuevos”, sostiene Mari de Ferrero, quien desde hace 48 años está al frente de la panadería La Ideal, en San Francisco.

Es que, en tiempos de cambios alimentarios, las panaderías también buscan sumarse a lo nuevo para no perder clientela. Y en esto, confiesa, Internet tuvo mucho que ver al momento de buscar nuevas recetas. Prueba de ello son, por ejemplo, las masitas de jengibre y de avena que elaboran desde hace poco tiempo.

Claro que los criollos, los saborizados y con chicharrón, muy buscados por clientes de otras ciudades, se encuentran a la delantera a la hora de las preferencias de este comercio ubicado en la esquina de Salta y Avellaneda.

La producción comienza a las 3 y termina a las 12. Por la tarde se comercializa lo hecho durante la mañana. Ferrero está al frente de la empresa junto a sus hijas y cuenta con una empleada para la atención al cliente y con otros cinco para la elaboración de los productos.

La calidad de las panificaciones, afirmó, hizo que el lugar se gane clientes fijos, hasta de otras ciudades. “Hay una señora que viaja a Buenos Aires y viene a comprar acá los chicharrones para su familia, hay gente de Córdoba que venía a pasear y se llevaba kilos de grisines”, ejemplificó orgullosa.

Mari contó que el comercio desde su génesis pasó por diversas manos: “Hace 48 años que tenemos la panadería, anteriormente Danieli estuvo también 48 años, ahí ya son 96. Después estuvo Merino durante 8 o 10 años y también la familia Valentini con otros 8 o 10 años más. El que fundó la panadería fue Paniale, que también creó La Palma”, enumeró la mujer.

Ferrero rememoró que se hicieron cargo del negocio con sus padres y su marido a partir del impulso de su tío, que también era panadero, y que los instó a hacerlo. “Después falleció mi papá, quedamos con mi esposo; cuando falleció quedamos mi familia y yo”, dijo.

A pesar de no conocer sobre el rubro, manifestó que se entusiasmaron y empezaron de cero.

Con cambios, pero en el mismo lugar

La panadería siempre estuvo en el mismo local, solo que a raíz de algunas modificaciones edilicias hace algunos años se “corrió” hacia la esquina.

A su vez, fue creciendo: “Antes yo tenía el horno a leña, después tuve el horno rotativo que empezamos teniéndolo a gasoil. Cuando pasó el gas, que fuimos una de las primeras panaderías en tenerlo, fue todo transformado a gas tanto el horno a leña como el rotativo”.

La producción es amplia y la mayoría se vende, pero lo que sobra se usa para ayudar. “Si me sobra algo, guardo. Hay dos merenderos que vienen a buscar productos y las monjitas de Calcuta. Hará por lo menos 25 años que les llevo, en un momento venían ellas a buscar, pero ahora no pueden, entonces cuando puedo los domingos voy a llevarles, me siento muy bien con ellas”, sostuvo la mujer.

4 de agosto, Día del Panadero

El Día del Panadero es, en realidad, el Día Nacional del Obrero Panadero. Se conmemora la creación de la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, algo así como el primer sindicato un 4 de agosto de 1887. Todo esto, ideado por Enrique Malatesta, famoso anarquista que pasaba sus días en Buenos Aires en esa época. Recién en 1957, fue reconocido el 4 de agosto como el Día Nacional del Panadero por el Congreso Nacional argentino.

La profesión –dicen en el rubro- se encuentra en constante transformación debido a los cambios que se producen en los hábitos de los consumidores.