Por Nicolás Albera

A los padres de una adolescente de la localidad de Devoto les volvió el martes el alma al cuerpo cuando les informaron que su hija de 13 años había aparecido sana y salva. El día anterior éstos denunciaron en la Policía que la menor, a quien habían dejado en cercanías al colegio que asiste, no fue a clases ni dio señales de dónde había ido.

El momento de mayor tensión fue cuando el padre, horas más tarde, recibió un mensaje de texto donde le pedían 30 mil pesos para que la vida de su hija no corra peligro. Esto motivó que la investigación recaiga finalmente en la Fiscalía Federal de nuestra ciudad. A las pocas horas, la joven fue encontrada en compañía de otro adolescente, con quien se había escapado a otra localidad.

Casos como el de esta chica suceden cotidianamente. En la Jefatura Departamental de Policía reciben entre tres y cuatro denuncias al mes de padres que no saben dónde están sus hijos. El dato fue confirmado a El Periódico por el comisario mayor Félix Quinteros, quien indicó que “en la mayor parte aparecen en las primeras 24 horas o a los dos días”.

Por lo general, los menores que se fugan de su casa lo hacen porque quieren huir de un contexto familiar conflictivo. Otros, en especial las mujeres, son engañadas por hombres mayores o jóvenes con mayor experiencia sexual que mediante promesas logran su confianza. El promedio de edad de los adolescentes que se fugan –sostienen desde la Policía- oscila entre los 13 y 17 años.

Cuándo empezó a notarse

En 2009 fueron 20 los casos de chicas fugadas en San Francisco. El dato surgió del Juzgado de Menores de nuestra ciudad, el que desde el año 2011 pasó a llamarse Juzgado de Niñez, Juventud y Violencia Familiar.

Profesionales consultados por este medio explicaron que "por hábitos culturales, a las chicas se las restringe más. Ante limitaciones para salir con amigos o novios, buscan romper el vínculo” y por eso deciden marcharse de la casa.

Afortunadamente entre el 80 y el 90 por ciento de las desapariciones por fuga se resuelve en forma positiva y rápida. 

Historias de maltrato, drogas y prostitución

Desde el 2009 a la fecha fueron muchas las historias. Un caso emblemático fue la de una chica que vino desde Misiones convencida por un hombre mayor de edad, quien le ofreció trabajo en San Francisco. La prostituyeron hasta que decidió huir. Pidió auxilio en una estación de servicio ubicada en la intersección de la avenida Rosario Santa Fe y el camino interprovincial. En esa oportunidad tomó intervención el Juzgado de Menores y la jovencita volvió a Misiones.

Uno de los casos más lamentables que se recuerdan es el de Mauro, quien fue víctima de violencia familiar y decidió fugarse de su casa. El menor terminó suicidándose en la localidad de Carlos Paz.