Argentina rechazó de plano y con fuertes críticas la invitación de Gran Bretaña a tener la semana próxima en Londres una reunión tripartita con presencia también de representantes del gobierno británico de las islas Malvinas.

El nuevo encontronazo político-diplomático acontece a 40 días del referendo al que convocaron las autoridades kelpers del archipiélago usurpado hace 180 años para decidir su futuro por “sí” o por “no” ante una pregunta de obvia respuesta: “¿Desea que las Islas Malvinas conserven su estatus político actual como un Territorio de Ultramar del Reino Unido?”.

La breve historia de este nuevo capítulo es la siguiente. Ante el inminente referendo kelper, el canciller Héctor Timerman y la embajadora de Argentina en Gran Bretaña, Alicia Castro, decidieron una visita a Londres desde el martes al jueves próximos del ministro de Relaciones Exteriores en compañía de los titulares de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, Daniel Filmus, y de Diputados, Guillermo Carmona.

 

El propósito de la delegación era y es reunirse con el Grupo Parlamentario de Amistad Reino Unido-Argentina que integran legisladores de las cámaras de los Comunes (diputados) y de los Loores (senadores) pertenecientes a los partidos Conservador y Laborista. También hacerlo con los representantes (en su mayoría académicos, aunque también sindicalistas y políticos) de 18 grupos de igual cantidad de países europeos que apoyan la posición de Argentina de abrir un diálogo con Gran Bretaña por la soberanía de Malvinas.

Timerman, de paso, solicitó a su par británico, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth (Comunidad Británica de Naciones) del Reino Unido, William Haguel, tener una reunión bilateral. En una respuesta por escrito que le envió anteayer a Timerman, Haguel accedió al encuentro para plantearle sus “serias preocupaciones” sobre la política de Argentina respecto de las Malvinas, sin que ello signifique iniciar “negociaciones para ningún acuerdo”, pero sí buscar “un franco y completo intercambio de ideas”, según un comunicado del Foreign Office (cancillería británica).

Pero en consonancia con su posición de que el gobierno británico de los kelpers es autónomo, Haguel sostuvo la necesidad de que “el Gobierno de las Islas Malvinas debe estar representado” y reiteró que “nunca podría realizarse” una negociación sobre la soberanía del archipiélago “a menos que los isleños así lo deseen”.

Tras cartón, ayer al mediodía, el gobierno británico de las islas anunció por medio de un comunicado difundido por el único periódico isleño, “The Penguin News”, que había designado a Jan Cheek y Dick Sawle, integrantes de la Asamblea Legislativa isleña, para participar de la reunión. Precisamente la misma Asamblea a la que Argentina desconoce.

Respuesta furiosa. “Lamento su carta de ayer en la que señala que no puede reunirse sin la supervisión de los colonos malvinenses”, le respondió con dureza ayer Timerman, haciendo gala de la ironía del humor británico, a su par Haguel, en una carta que difundió el Palacio San Martín. No sin reiterarle su interés de una reunión bilateral con motivo de la visita de la semana próxima, “en el entendido de que usted es el responsable de la política exterior del Reino Unido”.