El secretario de la Cámara de Combustibles de Córdoba, Raúl Castellano, consideró que “llega el fin del GNC en Argentina” luego de que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, señalara que no iba a haber ningún tratamiento especial para ese combustible y que el costo tendrá un valor similar al de la nafta súper. 

En marzo pasado, Castellano le manifestó a Aranguren que había preocupación entre los expendedores de combustibles por el futuro del GNC ya que en nuestro país hay 1.750.000 vehículos propulsados por GNC, y unas 2.000 estaciones de servicio que lo venden, empresas estas hechas con inversiones genuinas de varios miles de millones de dólares del sector privado. 

En un almuerzo de trabajo de la Fundación Mediterránea en Buenos Aires, Castellano planteó que se observaba en los últimos meses una caída de cierta importancia en las ventas de este combustible y “disminución de más del 50 por ciento en las conversiones de vehículos, motivadas por la reducción de la diferencia de precios entre el GNC y las naftas”.

Y le preguntó a Aranguren si la intención del Gobierno nacional era mantener la vigencia del GNC.

El ingeniero Aranguren respondió que no habrá ningún tratamiento especial para el GNC. Agregó que si se había invertido mucho en estaciones de servicio de GNC, como acababa de decir Castellano,  esto había sido un despropósito ya que no tenía ningún sentido invertir para vender el gas natural en los automóviles, dado que debe priorizarse a otros usuarios”, dijo Castellano en un comunicado. 

“Dijo, por último, que la decisión del Gobierno es que el costo del gas para GNC tendrá un valor similar al de la nafta súper”, señaló.

“La respuesta fue breve y tajante. Como habrá nuevos ajustes de precios en los meses de octubre del corriente año y abril de 2018, podemos decir que el ministro le ha puesto fecha de vencimiento al GNC”, opinó Castellano.

Castellano indicó que el GNC “necesita para subsistir un precio muy inferior al de la nafta, aproximadamente entre un tercio o un poco más del valor de la misma, teniendo en cuenta que para convertir un auto a gas, hay que invertir unos 25 mil pesos promedio, resignar gran parte del baúl del vehículo y adaptarse a una menor autonomía (recarga de combustible más frecuente)”.

Además, por una cuestión económica, “la mayoría de los automovilistas que usan GNC, no podrían utilizar su automóvil si este combustible fuera más caro”, agregó.

“El programa de GNC es de las pocas políticas de estado que se han mantenido durante todos los gobiernos desde hace 33 años y que ha convertido a nuestro país en líder a nivel mundial en desarrollo y tecnología para este combustible”, planteó.

Castellano afirmó que el GNC “es un combustible económico que ha permitido abaratar costos en transporte particular de sectores de bajos recursos y transporte público como taxis y remises”

Fuente La Voz del Interior