Tras un largo proceso judicial y una reciente resolución en una causa por un presunto plagio de su tesis de grado, el ingeniero Mario Virglinio aclaró que nunca fue condenado por plagiar el contenido de la tesis a una empresa para la cual trabajó, sino que solamente renunció a la misma para dar por finalizado el litigio judicial, y que no hubo ninguna sentencia que lo declare culpable, sino un auto interlocutorio para la suspensión del juicio a prueba. "Lo que se difundió no es correcto. Soy inocente", cuestionó Virglinio.

El ingeniero electrónico remarcó que no hubo ninguna condena, sino una suspensión del juicio ("probation") dictaminada en un auto de la Justicia local. Y aseguró que ofreció renunciar a la autoría de la tesis para dar por finalizado un proceso judicial de 10 años, pero que eso no implica reconocimiento de culpabilidad alguna, como lo establece el Código Penal.

"Este ofrecimiento realizado de ningún modo podrá ser entendido como reconocimiento de culpa y/o de responsabilidad en el hecho que se investiga, tal como lo prescribe el artículo 76 bis, párrafo 3, del Código Penal", señala el texto del pedido realizado por Virglinio y Bonino ante la Justicia.

"No es una condena por plagio. Si se cumplen los requisitos se dictará el sobreseimiento. Para terminar con el conflicto ofrecimos renunciar a la tesis, una reparación del daño en la medida de nuestras posibilidades, tareas comunitarias y manifestamos que no tenemos ninguna voluntad de propiedad sobre la balanza electrónica inscripta por la empresa. Y el tribunal hace lugar al pedido. No hubo audiencia de juicio y no hubo condena", fundamentó Virglinio en diálogo con El Periódico.

Por otra parte, anticipó que, una vez que se desarrollen todos los procesos administrativos, realizará una nueva tesis universitaria, y que también presentará su defensa como inocente en el caso de que la UTN le inicie un sumario interno y sea citado. 

Por otra parte, Virglinio consideró que la motivación de la denuncia se originó porque la relación laboral con la empresa "terminó mal".

 Largo proceso

La causa se remonta al año 2008, cuando el propietario de la firma IGB (radicada en Laboulaye), Guillermo Bonamico, denunció a Virglinio y otro egresado de la UTN San Francisco, Darío Bonino, por plagio de derechos de propiedad intelectual sobre una balanza de su empresa. Virglinio había trabajado durante seis meses en IGB.

En un auto judicial del 14 de febrero de este año firmado por los vocales Claudio Requena y Mario Comes, de la Cámara del Crimen de San Francisco, se resolvió la suspensión del juicio a prueba por el lapso de dos años, se declaró la nulidad de la tesis, el pago de un monto de dinero, tareas comunitarias y se ordenó que se notifique la misma a la UTN San Francisco, entre otros puntos.

En la UTN esperan la resolución

Alberto Toloza, decano de UTN San Francisco, donde fue presentada la tesis, también se refirió a lo ocurrido y detalló cómo será el proceso en el que se definirá el futuro de ambos graduados, una vez finalizado el proceso judicial. 

“Esa resolución final en principio todavía tiene tiempos procesales, la resolución está pero no la resolución definitiva, hay que esperar a los efectos que alguien antepusiera un reclamo. Una vez que la Justicia deje firme esta resolución la hará saber a la Universidad; eso por lo menos a la Universidad aún no ha llegado. A nuestra Facultad aún no llegó ningún requerimiento de la Justicia”, explicó Toloza.

El decano, además, desmintió que cuenten con un plazo de 15 días para invalidar la tesis: “La nulidad de la tesis en principio es una solicitud que debe hacérnosla saber la Justicia o los actores. El trámite va a llegar a la Universidad y la Universidad lo va a derivar a la Facultad. Y en la facultad lo que tenemos que hacer es, llegada la resolución judicial, abrir un trámite, un proceso donde tenemos que ir hasta al momento de la constitución del tribunal académico que tomó la tesis, hasta el momento en que ellos se inscribieron”.

Así, detalló Toloza, va a empezar un trámite administrativo que significa la anulación de la presentación de las actas, la elevación al Consejo Superior, la elevación al Ministerio de Educación, lo que significa eliminar la oblea que tiene el diploma, y el número de registro de título. 

Al hacer nula la tesis, los hasta ahora ingenieros volverían a ser estudiantes porque les faltaría el trámite académico. “Ellos vuelven a su récord académico que sería un analítico con todas las materias aprobadas menos la última, que es el proyecto final”, aseguró el decano.

Toloza agregó que llegado el caso, la universidad deberá constituir un tribunal académico que tomará determinaciones acerca del comportamiento de los alumnos rigiéndose por el reglamento de disciplina.