Desde hace cerca de 30 años, el barrio San Martín alberga una industria familiar que ha ido en crecimiento. Se trata de la fábrica de ollas-horno Sil-Jor, que hoy comercializa 28 productos a empresas que venden artículos del hogar de todo el país, no así directamente al consumidor. Quizá eso haga que pase desapercibida por muchos vecinos, a pesar del llamativo cartel que cubre gran parte de la avenida 9 de Septiembre al 2200, donde está emplazada.

La empresa nació en realidad mucho antes, cerca de los años 70, pero en otro lugar. Fue iniciativa de Jorge Gay, un emprendedor que tras egresarse como técnico en Electromecánica en Santa Fe y adquirir experiencia en una fábrica de máquinas de coser, ya en San Francisco decidió empezar a fabricar carliteras, masiteras y ovilladores de lana en el fondo de su vivienda, con el apoyo de su esposa Silvia Bicego y la colaboración de sus hijos. Jorge y Silvia hoy están retirados del negocio, pero la fábrica sigue en marcha.

La fábrica de ollas de barrio San Martín

“La fábrica inicialmente arrancó en Jonas Salk al 200. Había dos personas y él fundía las carliteras, tenía fundición, en el patio había hecho un tallercito. Ya cuando empezó con las ollas, el volumen era más grande. Entonces compró este galpón y después fue ampliando y haciendo más grande la fábrica”, recordó Julián Gay, hijo del matrimonio, que junto a su hermano Andrés Gay hoy está a cargo de la empresa.

Productos

La empresa comercializa ollas, cacerolas y sartenes. “Fabricamos toda la línea de batería de cocina de aluminio fundido. Hoy tenemos 28 modelos en distintas formas y tamaños. Y la forma de comercialización es a través de casas de artículos del hogar. Al público no vendemos. Hace un par de meses, por la crisis, empezamos a vender de manera electrónica”, contó Gay.

La fábrica de ollas de barrio San Martín

La firma, que cuenta con cuatro empleados y 15 viajantes que distribuyen sus productos a través de todo país, fabrica tres líneas: HornoMatic, Siljor Clásica y Siljor Línea Extra, cada una con características distintas.

Enfrentar la crisis

Como muchas industrias, Sil-jor no es ajena a la crisis económica que atraviesa nuestro país: han tenido que achicarse y tienen menos ventas.

“La fábrica en este momento tiene cuatro empleados. Por la situación nos hemos venido achicando en los últimos años. Hoy tenemos un problema con el stock, tenemos mercadería para bastante tiempo”, comentó Gay.

El hombre a cargo explicó: “Las ventas en este último tiempo se han caído, como les ha sucedido a todos. Nuestra función hoy es tratar de mantener la fábrica funcionando para cuando esto se revierta y poder arrancar enseguida”.

La fábrica de ollas de barrio San Martín

Producción

Todo el proceso, desde la fabricación hasta el embalaje, se hace en la misma planta. El proceso de producción comienza con la fundición del aluminio, que viene en lingotes. El operario vierte el aluminio líquido, previa fundición en dos hornos, y retira la pieza conformada.

Tras retirar el material sobrante, que es reutilizado, a las piezas se las emprolija y se les aplica dos capas de esmalte vítreo porcelanizado (que le da el color). Las mismas pasan por un horno a 570ºC que le otorga la uniformidad y la resistencia al esmalte. Este esmalte evita que la olla se queme o se raye.

Más tarde, a las piezas se les realiza el perforado, para la colocación de las asas. Y a posterior, el torneado y el pulido, que les dan una mejor terminación.

Cabe mencionar que aquellas ollas que son antiadherentes suman un proceso más, previo al perforado. Luego las piezas se limpian, se arman y se embalan.

La fábrica de ollas de barrio San Martín

Dependiendo la línea, algunas ollas traen mangos, asas y perillas en baquelita (el material que evita que tomen temperatura). Dichos repuestos también son producidos allí. 

Sil-Jor

El nombre de la firma, Sil-Jor, es la abreviatura de los nombres de sus propietarios y fundadores: Jorge Gay y Silvia Bicego.