“Por el momento esa estructura se mantiene y la persona que compre el lote puede usarla o no”, asegura Patricia Codini, a cargo del desarrollo inmobiliario del loteo Nuevo Centro San Francisco. La empresaria se refiere a la estructura con forma de casa antigua que se erige entre bulevar 25 de Mayo, Trigueros, Belgrano y avenida de La Universidad, que perteneció al famoso Polvorín, que era el centro de acopio de pólvora para la realización de vainas y balas en la ex Fábrica Militar de nuestra ciudad.

“En su momento dejamos la estructura porque era factible que cualquiera pudiera utilizarla, se trata de una estructura en buenas condiciones. Está dentro de un lote para ser vendida a cualquier privado”, agregó Codini.

Cuando comenzaron las tareas en dicho loteo la estructura había sido utilizada como obrador para guardar maquinarias y herramientas.

Hoy con todos los servicios a disposición y con un 50 por ciento del loteo vendido, los restos del viejo Polvorín esperan por un futuro comprador, mientras alrededor ya se habitan y se construyen modernas viviendas. Según Codini, también hay varios terrenos vendidos, pero tras la devaluación monetaria los compradores decidieron esperar para edificar.  

La estructura del viejo Polvorín resiste ante el avance de las construcciones

“El hormiguero”

Durante varias décadas, la citada estructura funcionó como centro de acopio de pólvora para la realización de vainas y balas en la ex Fábrica Militar de San Francisco. Estaba rodeada de un alto muro de tierra circular que le daba forma de “hormiguero”.

El 4 de agosto de 1942 se creó la Fábrica Militar de Munición de Armas Portátiles San Francisco; luego simplemente denominada Fábrica Militar San Francisco. Comenzó a funcionar en instalaciones de la Sociedad Rural hasta concretar la mudanza a su sede propia en un terreno de 40 hectáreas.

En un ensayo sobre la Fábrica Militar de nuestra ciudad realizado para la Universidad Nacional de Córdoba, la doctora Alicia Malatesta señaló que a comienzos de 1945 se inició el traslado de las oficinas al nuevo lugar, como también de la maquinaria para la realización de las primeras operaciones en la fabricación de balas y vainas.

“Se inicia la fabricación de vainas y balas calibre 7,65 mm. En 1947 se agrega a esta producción la de cartuchos 9 mm. El año 1951 marca la iniciación de una nueva etapa en la vida industrial del establecimiento al comenzar la fabricación de electromotores de baja potencia”, sostuvo en el ensayo. Se inauguraba así la fabricación de elementos para uso civil, incluidos bajo la denominación de “producciones de paz”.

Esta diversificación industrial llegaría a su fin en el año 1996 con el cierre definitivo del pujante establecimiento fabril que en su último período llegó a contar con 140 trabajadores.