A través de un artículo de opinión, el intendente de Freyre, Augusto Pastore, criticó la distribución de fondos del Gobierno nacional y señaló que pone a los intendente "en una incómoda situación de mendigar".

Para el jefe municipal freyrense, desde la Nación se entregan fondos a través de distintos programas "solo a aquellos municipios gobernados por quienes 'supuestamente' piensan de la misma manera" y lo contrapuso al caso de Córdoba, donde se reparten "de acuerdo a la cantidad de habitantes mediante distintos tipos de fondos, algunos de ellos con afectación específica".

Pastore consideró que el "nuevo relato" del actual Gobierno nacional no lo diferencia del kirchnerismo, sino que lo acerca. "Al menos en lo que a las relaciones con los municipios se refiere", precisó.

A continuación se transcribe la nota, que tituló "Los mendigos del cordón cuneta".

Los mendigos del cordón cuneta

El escenario político nacional y provincial que se presenta en la actualidad luego de consolidarse el triunfo del espacio Cambiemos, plantea nuevos desafíos en el terreno de la interpretación política que requiere no perder de vista los elementos más sustanciales que subyacen en la construcción del poder, la naturaleza humana y el sentido propio de un relato de identificación política que tiene aún mucho por explotar.

Así como el movimiento político llamado kirchnerismo edificó sus cimientos identitarios sobre la base de la construcción de “enemigos” sociales que claramente representaban en el imaginario popular la opresión, el oscurantismo, la perdida de libertades, etc, (ej. los militares, la Iglesia Católica, la corporación judicial, la mediática, etc.); el espacio político de Cambiemos siempre tuvo en claro que la construcción del “enemigo” sería mucho más sencilla. Sólo tuvo que focalizar sus dardos en el kirchnerismo, que representa para la opinión pública actual casi lo mismo que en el imaginario popular representaron los viejos enemigos de los “kirchneristas” (la opresión política a través de la discrecionalidad en las decisiones, el oscurantismo en el manejo de los fondos públicos para fines personales, la perdida de ciertas libertades, etc.).

Este es un terreno que aún es fértil para seguir explotando política y mediáticamente, ya que esa arquitectura del sentido negativo de lo que significa ser “kirchnerista”, se refuerza cada día ante cada operación mediática y/o judicial que haga recordar lo que representaron.

Pero ello es una verdad de perogrullo, y en esta oportunidad me interesa concentrarme en el nuevo relato que el actual gobierno nacional está construyendo y que más que diferenciar lo acerca con sus predecesores, al menos en lo que a las relaciones con los municipios se refiere.

Es sabido que este centralismo de recursos genera en la Nación excesos que son utilizados de manera discrecional para subsidiar servicios privilegiando Capital Federal y el conurbano bonaerense.

Con estos recursos además se dan el gusto de transformarse en una especie de Papa Noel apropiándose de funciones que son típicas de los municipios, como lo es la construcción de cordón cuneta, pavimento, salones de usos múltiples, etc. Todo ello desconociendo que los intendentes tenemos la perspectiva de lo cercano y avanzando desde la centralidad capitalina con la tecnología que nos brinda el Google Earth.

Hasta ahí podríamos decir que al menos distribuyen los recursos para mejorar la vida a los vecinos, el tema es “a qué vecinos”.

El gobierno de Córdoba, en una muestra de verdadero federalismo distribuye los recursos de acuerdo a la cantidad de habitantes mediante distintos tipos de fondos, algunos de ellos con afectación específica, mientras que el gobierno nacional a través de distintos programas lo hace solo a aquellos municipios gobernados por quienes “supuestamente” piensan de la misma manera. Pobres sus vecinos si piensan de la misma manera, ya que con ese criterio solo le recolectan los residuos a sus partidarios o bien le encienden las luces a los barrios afines. Como dijo en una conferencia el Ministro de Finanzas de Córdoba, contador Osvaldo Giordano, tomando como ejemplo las funciones que lleva adelante la Secretaría de Hábitat del gobierno nacional, lo único que genera es ineficiencia, diluye controles y responsabilidades, es absolutamente discrecional y nos pone a los intendentes en la incómoda situación de mendigar.

El riesgo es que parece que hay mendigos que son mejores a la hora de pedir o bien conocen mejor la Iglesia más concurrida.

Creo que esto no se va a revertir, ya que los tiempos políticos se acortan y evidentemente el centralismo porteño y su discrecionalidad no solo lo padecen los gobernadores sino también los intendentes que quedamos expuestos ante verdaderos despropósitos de carteles de obra millonarias otorgadas con focalizaciones poco claras.

No quiero se espectador de un nuevo proceso de decadencia clientelar, estamos a tiempo de corregir, para eso solo basta mirar el modelo cordobés y tratar de ponerlo en práctica.