El reclamo surgió el día 26 de febrero alrededor de las 10, tras registrarse un intenso olor que causó irritación ocular y nasal, nauseas, dolores de cabeza y mareos en algunos vecinos.

Desde Amad indicaron que muchos de ellos optaron por cerrar las ventanas y otras aberturas de sus lugares. Y además explicaron que esta situación se daría constantemente.

Voceros de la entidad ambientalista sostuvieron que “claramente se trata de una contaminación atmosférica por vertido de algún efluente o proceso industrial en el sector barrial, y como tal sino se realiza un monitoreo ambiental del aire y de la actividad del lugar no se podrá comprobar el origen del mismo”.

“Si estos hechos se repiten desde hace tiempo las personas sensibles a estas emanaciones pueden contraer enfermedades, por eso Amad recomienda concurrir al profesional médico toda vez que se padezcan estos perjuicios en la salud y guardar el certificado correspondiente para ir estableciendo, no solo un control en la salud sino también como verificación ambiental ante procesos industriales o comerciales del lugar”, completaron desde Amad, quienes harán llegar esta situación al municipio de Frontera.