Luego de casi tres años del homicidio del médico Daniel Casermeiro, comenzó este jueves el juicio contra el único imputado en este caso: Gerardo Luis Gette, apuntado como la persona que mató a sangre fría al ginecólogo.

Un tribunal, conformado por Guillermo Rabino, Alejandro Acuña y María Teresa Garay, es quien lleva adelante las audiencias de las cuales participan jurados populares.

La fiscal de Cámara, Consuelo Aliaga Díaz, y el abogado defensor, Héctor Flores, fueron quienes a sus turnos rompieron el hielo en el inicio al presentarles la causa a los jurados populares. Aliaga Díaz indicó que no se trataba de “un juicio moral”, sino puntualmente de encontrar la verdad.

Por su parte Gette, representado por Flores, decidió no declarar y negar los hechos que se le atribuyen.

Primeras declaraciones

Cerca de una decena de testigos pasaron por sala en los primeros días del juicio, entre ellos familiares tanto de Casermeiro como de Gette, e integrantes de la fuerza policial.

La esposa de Casermeiro, María del Valle Peretti, pidió no declarar frente al acusado, por lo que éste debió dejar momentáneamente la sala. Dijo que su marido era una persona reservada y que a Gette lo veía en el último tiempo más seguido en su casa. Solían reunirse en una sala privada y ella nunca supo los temas que tocaban: “Tenían una relación de negocios. En 2019 habían viajado juntos a Brasil para gestionar un departamento en Camboriú”. Sobre ese inmueble destacó que se había entregado una seña, la cual “se perdió” y que por ende nunca ingresó al patrimonio familiar.

Diego Casermeiro, uno de los hijos de la víctima, también fue por el lado del algún conflicto por ese departamento: “Me dijo que Gette le había conseguido un comprador”, afirmó y aclaró que se trató de un negocio no tan rentable como pensaban. Además reconoció que tiempo atrás Gette y su padre protagonizaron una disputa judicial por la “balanza”, un inmueble ubicado en cercanías a Luxardo.

Uno de las declaraciones principales fue la de Sergio De Bonis, de la División Investigaciones de la Policía, que planteó dos contradicciones principales de Gette entre la prueba recolectada y sus declaraciones en calidad de testigo, cuando aun no era sospechoso. Una de ellas son las cámaras de seguridad que muestran al imputado y Casermeiro irse juntos de la clínica cerca de las 10 y a Gette regresando solo a su auto alrededor de las 18. Otra, es que según Gette el encuentro entre ambos había sido para ponerse de acuerdo para desocupar sillas de un galpón que sería alquilado, cuando las pruebas mostraron que el galpón se encontraba vacío.

Las cámaras de seguridad

Otro de los testimonios importantes de las primeras jornadas fue el del sargento de la Brigada de Investigaciones de la Policía, Fernando Daniele, que confirmó el testimonio de De Bonis resaltando dichas contradicciones.

Al relevar lo que mostraron las cámaras de seguridad, confirmó que ambos se vieron en las afueras del Sanatorio Argentino y que tras una serie de movimientos se subieron al auto del médico. Daniele agregó que lo visto le llamó la atención porque Gette en su declaración había dicho que había hablado unos minutos con Casermeiro y luego se había ido solo por su cuenta.

"El día de la desaparición trabajé en el relevamiento de cámaras. En las cámaras veo que Gette estaba cerca de las 10 caminando hacia el Sanatorio Argentino, ingresó pero salió rápidamente. Al rato salió Casermeiro y se dirigió a su auto que estaba frente al Sanatorio, por Iturraspe. También a Gette se lo ve ir en su camioneta y recibir una que le entrega caja que le da Casermeiro. Después de algunos minutos estaciona su camioneta y luego se lo ve subirse en esa zona al auto de Casermeiro y juntos se van del lugar", comentó. 

Además, sostuvo que eso le llamó la atención porque en su declaración había dicho que había hablado unos minutos y luego se había ido solo por su cuenta.

También, dijo: "Por la tarde las cámaras lo ubican a Gette regresar caminando por Iturraspe y buscar la camioneta Volkswagen Amarok, negra, por Vélez Sarsfield e Iturraspe. Y se retira del lugar".

El investigador también remarcó que Gette regresaba con la misma ropa, con una bolsa con un elemento que entraba en una sola mano. Además, según dijo, estaba con el rostro colorado.

Declaró la pareja de Gerardo Gette

También declaró Claudia Ricci, concubina de Gerardo Gette cuando se registró el hecho. La mujer indicó que el 19 de diciembre de 2019, día del crimen de Casermeiro, se levantó a las 8 y su pareja se había ido de viaje a María Juana. Además explicó que esa jornada recién lo volvió a ver a las 18. 

También sostuvo que a las 17 le mandó un mensaje de WhatsApp para recordarle que tenía que llevarla para ir a rendir a la escuela. "Después de las 18 vino a la casa y me dijo que me llevaba pero estaba nerviosa y decidí ir caminando", indicó. 

A la vez expresó que ese día no se percató de que estuviese más bronceado porque habitualmente tomaban sol.

Otros testigos

A su turno prestó declaración Daniel Tita, médico amigo de Casermeiro. Sobre el 19 de diciembre, cuando fue asesinado el médico ginecólogo, Tita dijo: "Habíamos quedado en tomar un café al mediodía pero transcurrió el horario y Daniel no venía, por lo que lo llamé a las 12.14 y me atendió, me dijo que estaba complicado para juntarse".

Al mismo tiempo, manifestó: "Eso día lo noté por intercambio de mensajes que estaba ofuscado o molesto. Pero le dije que tomemos un café y charlemos".

Por su parte Omar Isidoro Verra, el ingeniero que tenía el negocio de venta de una casa con Casermeiro, contó que el médico le mandó un audio el día de su desaparición a las 13 diciéndole que iba a ir a las 16, en relación al negocio de venta de una casa de Verra. "Pase lo que pase, palabra de caballero", le dijo. Le llamó la atención, porque era un negocio común y se lo notaba agitado, ansioso. 

A las 15.50 lo llamó para decirle que necesitaban cerrar el negocio. Casermeiro le tenía que dar ese día 40 mil dólares, y otros 100 mil cuando escrituraran y le entregara la casa.

También recordó que Gette, días atrás, había ido a ver otro departamento. Casermeiro le había preguntado si lo podía ir a ver un amigo (Gette) para comprarlo. A Gette le mostró el departamento el hijo, por ende no lo conocían, pero lo identificaron después de la desaparición.

Por último Rubén Pasero, cercano a Casermeiro, contó que también solía recurrir a Gette para realizar negocios. Fue quien contó que Gette le acercó a Casermeiro el negocio del departamento de Camboriú y que en marzo de 2019 los tres viajaron a verlo. Sin embargo, al médico no le agradó y quiso alejarse del negocio. Tras ello, Gette le dijo que el doctor quería vender el departamento y, poco después, que él se lo había comprado. Como el médico ya había pagado unos 100 mil dólares por el inmueble, Pasero le preguntó cómo iba a pagarlo y Gette le dijo "despreocúpate" y que Casermeiro le había dado "facilidades" para el pago.

El caso

Gerardo Gette (60) está siendo juzgado desde este jueves 10 de noviembre por el atroz homicidio del médico ginecólogo Daniel Casermeiro (61) en diciembre de 2019 en la zona rural camino a Luxardo.

La Fiscalía de Delitos Complejos, a cargo de Bernardo Alberione, fue la encargada de la investigación, la cual determinó que el móvil del asesinato habría sido económico, ya que Gette habría tenido una deuda con Casermeiro.

Para la fiscalía, el imputado primero lo mató en un campo cercano a Estación Luxardo, después abandonó el auto perteneciente al médico en un maizal sobre la Ruta 1 y luego regresó caminando a San Francisco.

A tres años del homicidio, no hay rastros del arma usada para la ejecución ni del teléfono celular del ginecólogo.