El rectángulo que forman las avenidas Urquiza, Universidad y Cervantes, junto al bulevar Roca se volvió peligroso. Porque al intenso tránsito de motos y autos se les sumó el de los deportistas que salen a caminar, correr y pedalear sobre sus bicicletas. Y por lo que parece en algunos casos, cada uno hace la suya. Por ejemplo, muchos ciclistas se sienten amos y señores del tránsito y arman su propia ley, donde el color rojo del semáforo no existe.

Ideal

El Paseo Cervantes, conocido popularmente como “la costanera”, goza de una senda peatonal y de bicicletas que se extiende desde la rotonda ubicada en la intersección de las avenidas Caseros y Cervantes hasta inmediaciones del monumento al inmigrante piamontés, donde se ornamentó un pequeño monte, en el cual los visitantes pueden apreciar obras de artistas plásticos sanfrancisqueños.

Es sin dudas un espacio ideal para hacer deportes porque además la arboleda, las luces y la infraestructura del lugar le dan una sensación de bosque. Pero, asiduos atletas prefieren la vuelta completa del rectángulo, no conformándose con la curvilínea que ofrece la costanera seca, donde las zapatillas running de marca, las musculosas y calzas ajustadas se imponen en la tardecita sanfrancisqueña.

“Me rompe soberanamente las pelotas estos que vienen a correr por la calle”, me dicen dos ojos grandes que se dejan ver detrás de un casco negro. Al motociclista, de camisa blanca fuera del pantalón, no se le ve el rostro entero, solo sus ojos, sobre los que se dibujan finas líneas rojas. Es entendible su enojo porque segundos antes de que escupa su ira ante mi persona, casi atropella a una maratonista que prefirió arriesgar su integridad física para no detener su trote.

La escena se dio en la esquina de bulevar Roca y Ecuador, donde el tránsito es abrumador. La falta de un semáforo en esa intersección es notoria y el peligro de que ocurra un accidente es latente. El flaco de la moto, una Guerrero Trip color azul, paró en la esquina, miró hacia ambos lados y cuando tenía paso arrancó, pero afortunadamente pudo frenar cuando una rubia de piernas altas y bronceadas se le apareció. No la atropelló de milagro, aunque para muchos el milagro es que algún día aparezca el semáforo en esa zona, algo que ya fue aprobado por el Concejo Deliberante.

Mientras el motociclista sigue maldiciendo y la rubia de cuerpo esbelto se aleja sobre el bulevar, el tránsito sigue su curso intenso con automovilistas que usan la calle como pista, con motociclistas que se cruzan de carril sin importar quién viene de frente y con “atletas” que se abstraen de todo cuando hacen ejercicios.

Errores

Uno de los errores más frecuentes de quienes caminan o corren es hacer su recorrido sobre la calle dándole la espalda a automovilistas y motociclistas y no de frente, lo que daría mejor panorama y más seguridad. Esto se vuelve peligroso por ejemplo sobre avenida Ecuador hacia el norte desde bulevar Roca, que también es utilizada para caminatas y la iluminación no es buena.