“En las mañanas desayuno las dudas que sobran de la noche anterior,

luego salgo a ganarme la vida temprano, haga frío o calor,

porque no hay tiempo de amargarse ni llorar por un pasar mejor,

la prioridad es el plato en la mesa y como sea hay que ganárselo”.

(Cartonero, de Attaque 77).

Diego Valenzuela (34) lleva puestas unas zapatillas grises y algo gastadas. También una gorra con visera del club de sus amores con la que le hace frente al sol de una calurosa mañana de febrero. Con su mano derecha arrastra un carro bastante espacioso, una especie de gran canasto metálico donde en su interior lleva cajas de cartón, papeles blancos y también de diarios. A su lado camina Negro, un perro mestizo, a quien denomina “su segundero”.

A Valenzuela lo conocen como el “Pato” de barrio Parque y es uno de los 90 recicladores urbanos, mal llamado cartonero, que tiene la Cooperativa La Virgencita (Lamadrid 822), el acopio más grande de San Francisco.

Fue uno de los primeros en sumarse a este espacio nacido en 2019 cuando se inauguró el galpón donde se deposita y se prensa el cartón que luego se vende y les permite un ingreso a muchas personas. Se trata de un trabajo poco reconocido, pero importante para el cuidado del medio ambiente y la limpieza de la ciudad. Por eso es tan importante la colaboración de vecinos y vecinas con el aporte de papeles y cartones. “A veces me pongo a pensar que esto que hacemos ayuda mucho. La basura que no les sirve a otros a nosotros sí, entonces pienso en lo bueno que hacemos”, reflexiona Diego mientras inicia su recorrido por las calles de la ciudad.

El “Pato” dice no tener registro de todo lo que camina cada vez que sale a recolectar, aunque arriesga una cifra: “Pueden ser 10 kilómetros, o más, capaz 15. A casa llego con un hambre tremendo, pero siempre con algo para comer”, reconoce con orgullo. Y de eso se trata, de salir a generar el mango que le permita subsistir a él y a su familia, sus dos hijos de 13 y 15 años.

Según estimaciones de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr), en la Argentina, en el año 2020, había más de 150.000 personas trabajando en el recupero de materiales reciclables en centros urbanos o en basurales: muchas de ellas agrupadas en cooperativas. Por mes, según el informe, recuperaban al menos unas 200.000 toneladas de materiales, generando un impacto significativo en el medio ambiente, la higiene urbana y la economía circular.

Antes de ser un recuperador urbano, el “Pato” se dedicaba a la albañilería.
Antes de ser un recuperador urbano, el “Pato” se dedicaba a la albañilería.

El conglomerado San Francisco, Frontera y Josefina genera 180 toneladas de residuos sólidos urbanos por día, siendo unas 50 de papel, cartón y plástico. Hace unos meses, La Virgencita incorporó una nueva prensa compactadora que les permite cuadriplicar la producción diaria de cartón que luego sale a la venta y que vuelve en ingresos económicos para Diego y a los demás integrantes de la cooperativa.

Ganarse el lugar

Valenzuela empezó metiendo mano en la basura mucho antes de ser recolector dentro de la cooperativa de barrio Parque. Cuenta que cuando tenía una moto iba al predio del Relleno Sanitario, el basural a cielo abierto que la ciudad tiene en el sector sur fuera de su ejido urbano.

“He ido al basural a buscar papeles, cartones, lo que venga, porque ahí se encuentran muchas cosas. Iba en una motito con el carro. Pero no lo hago más, hay mucha gente que lo hace y surgen conflictos…de que esto es de uno o del otro. La basura no es de nadie, es una realidad. Pero preferí no ir más”, sostiene.

Aclara que visita varios lugares en cada salida y que la gente es “buena onda” porque le guarda el papel y el cartón: “Tengo mis lugares a donde ir, me los gané con el tiempo. Al principio reconozco que no me gustaba nada hacerlo, hay que caminar, hay que andar mucho haga frío o calor. Pero si querés comer todos los días hay que salir”, asegura.

Diego cuenta que en una jornada puede llegar a juntar entre 150 y 200 kilos; sin embargo para ello debe dedicarle varias horas, algo que no puede porque debe salir con un carro prestado ya que el suyo se lo robaron.

“Al tener un carro que me presta Eva (Ferreira, una de las referentes de La Virgencita) tengo el tiempo más corto porque tengo que devolverlo. Entonces puedo juntar hasta unos 70 kilos por día. En plata puedo hacer 800, 1000 pesos o un poco más por día”, explica.

Como a muchos, a veces el dinero a “Pato” le alcanza, pero otras veces no. Por eso, además de recolectar cartón debe rebuscársela para conseguir alimentos: “Hay gente que me ayuda también, paso por los negocios y me dan mercadería. Reconozco que se me abrieron muchas puertas con esto”.

El papel que le cambió la vida a Diego, reciclador de La Virgencita

Un grave accidente, la mala vida y la muerte de cerca

Antes de ser un recuperador urbano, el “Pato” se dedicaba a la albañilería. Pero un accidente de tránsito en Frontera lo puso al borde de la muerte hace unos años. Viajaba en moto junto a dos amigas, cayeron a la calle y él golpeó la cabeza fuertemente con el cordón.

“Quedé tirado en la calle, a las 4 o 5 horas me encontró la policía de Frontera en la vereda. Estaba inconsciente. Perdí un pedazo de cráneo, no puedo hacer ciertos trabajos porque me impiden hacer fuerza”, narra. También tiene algunos de sus órganos afectados.

El hombre es tajante al contar que quiere otra vida para sus hijos y no la que tuvo que pasar él: “La mía fue entre medio de la droga, el robo y la delincuencia; un quilombo bárbaro”, define. Y agrega: “No quiero que ellos pasen por lo mismo. Esto que hago es algo digno de hacer, se puede salir adelante sin hacer cosas malas. Pero para esto hay que caminar y hoy los chicos quieren todo fácil”.

Diego hace una pausa e ingresa a un local comercial en busca de cartones y papeles pero sale con las manos vacías: “Hoy no hay nada acá todavía para mí”, señala.

Enseguida mira a Negro, levanta el carro y empieza a tirarlo para adelante. La charla se reactiva, la caminata también.

- ¿Cómo fue esa etapa oscura de tu vida, ese quilombo que me describiste un poco antes?

- Malísima, ahora que soy más grande pienso y no quiero eso para mis hijos. No tenía otra opción, no tenía a nadie en quien apoyarme. Algo empezó a cambiar cuando ingresé a la cooperativa (La Virgencita). Los chicos también me empujan a hacer esto y eso es bueno, ando bien y tranquilo por la calle. No tengo vergüenza de hacer esto, voy caminando con la frente en alto.

Valenzuela se mete en calle Libertad en dirección al oeste. Su compañero de cuatro de patas no se le despega. Detrás suyo se escucha un bocinazo: “El carro es un vehículo más, a veces alguno se enoja porque voy por la calle”, cuenta.

Unos papeles más se vuelcan a su canasto, lo que más tarde se convertirá en su sustento: “¿Viste? Un par de veces estuve al borde de la muerte, pero acá estoy y la sigo luchando”, dice con una sonrisa.

Qué papel es posible reciclar

- Periódicos y revistas.

- Cajas y cartones (siempre que estén limpios).

- Folletos publicitarios.

- Papel escrito, en blanco y fotocopias.

Entre los que no se pueden reciclar, se encuentran:

- Papel higiénico o sanitario.

- Papel de fax o fotográfico.

- Papel encerado o con parafina.

Quien pueda ayudar podrá comunicarse al 3564-642444.

CUÁNTO SE PAGA

Enero 2021: $ 9 por kg. de cartón.

Enero 2022 $ 15 por kg. de cartón.

Enero 2023 $ 21 por kg. de cartón.