Empieza a anochecer y ellos empiezan a guarecerse dentro de los galpones donde viven. El frío empieza a golpear y los obliga a encender la salamandra. A los más afortunados. Los que no tienen estufa, optan por meterse dentro de la cama o encender un fuego en los alrededores.

Son los mismos desde hace un tiempo. Cerca de setenta personas habitan en los galpones y vagones del ferrocarril Belgrano, ubicados a la vera de la avenida 9 de Septiembre. Entre ellos, Miguel (62) y Maruca (56), que viven en ese lugar desde hace 17 años.

“Tenemos una salamandra, estamos bien, pero el frío es grande y con la salamandra se tira un poco pero no alcanza”, cuenta Miguel, que explica que a la leña la trae del campo, en bolsas, en su bicicleta.

Maruca cuenta que su nieto sufre de broncoespasmos y reclama que la ayuda social no les llega. “Tengo nietos, incluso los cuido cuando una de mis hijas trabaja, pero acá no te traen nada, sólo paran en los galpones de al lado. No sé si tendremos que tener a los chicos medio desnudos para que nos den algo”, dice la mujer.

El frío duele

Entre otras cosas, manifiestan, necesitan frazadas. “Yo antes tejía pero ahora ya no puedo. Nos hacen falta frazadas, más ahora que con el nene tenemos una cama más, las que tenemos las repartimos”, suma Miguel.

La infraestructura no ayuda. La rotura reciente de dos vidrios que comunican la pieza con el resto del galpón hace bajar aún más la temperatura. Intentan paliarlo con un cartón.

En otro sector, en uno de los vagones, la situación es muy dura también para sus cinco habitantes: Martín, Diego, Abel, Carlos y José. Se las arreglan para subsistir con algunos trabajos y aseguran que necesitan frazadas, alguna campera y calzado. A la noche, se calientan con un fuego al costado del vagón.

El frío pega en los galpones

También, estufas

En otro de los galpones, en donde sí recibieron ayuda social municipal, la prioridad son las estufas.

“Temprano buscamos la cama para calentarnos. Ni acá adentro en el comedor, que está dividido, aguantamos el frío. Yo llevo el televisor a la pieza. No tengo estufa, nada”, asegura Alejandra, quien vive con sus hijas en uno de los galpones.

Y agrega: “Esta mañana nos dieron una frazada y repartieron cajas de leche entre los que tienen bebés. Pero con una frazada para tres personas no hacemos nada”.

Café para el frío

Desde el próximo lunes, un grupo de voluntarios comenzará a repartir infusiones calientes y frazadas a las personas que estén en la calle o en viviendas precarias, como una forma de ayudarlos a combatir las bajas temperaturas.

Graciela Magario, impulsora de la “campaña de la leche”, que en unos días celebrará sus siete años de vigencia, explicó que irán recorriendo la ciudad para brindar esta ayuda. “Vamos a ver a los ‘invisibles’, vamos a dar una vuelta por la ciudad, para ver dónde están y para llevarles algo caliente y frazadas”, dijo.

El frío pega en los galpones

“La gente te pide y no porque quiere, hay algunos que lo hacen hasta con vergüenza”, reveló.

Magario detalló que saldrán todos los días desde aproximadamente las 19 hasta las 21. “Nos vamos a ir turnando en grupos de a dos, con termos de té, café, chocolate, calditos de sopa, y se los vamos a ir dando”, contó.

Aniversario

“La campaña de la leche” cumplirá siete años el próximo 6 de junio. La movida busca reunir leche, entre otros alimentos, que son repartidos entre familias carenciadas e instituciones de bien público.

El aniversario se festejará el domingo 18 de junio en el salón de Bomberos Voluntarios. La entrada es un litro de leche o una caja de leche en polvo.

Actuarán Trinidad, Rubén “Culi” Taborda, Kosa de Locos, Los 7 Escalones, K-lle-tano, La Popular de San Francisco, el coro de niños cantores “Pan con Leche”, Valeria Tarquinio y las academias de baile Patux y Kandela.

Para colaborar con alimentos, que serán vendidos para recaudar dinero y comprar leches especiales, el contacto es la página de Facebook “Ayudando A Crecer. Pedir Poco Es Dar Mucho”.