En su entrega diaria, el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región recordó este lunes las epidemias de polio en la región en el siglo XX y cómo se organizaron para combatirla.

Así, entre esas epidemias rememoró la de 1956, año en que las clases no comenzaron sino hasta fines de mayo. La situación se asemeja a la que se vive en la actualidad, en que el avance del coronavirus y sus medidas para frenarlo obligaron a suspender las clases hasta nuevo aviso. 

De acuerdo al registro del Archivo Gráfico, el 28 de mayo de 1956, en forma demorada por la epidemia nacional de poliomielitis, comenzaron las clases en todos los establecimientos educacionales de la ciudad, primarios y secundarios, nacionales y provinciales. No obstante, no asistieron a las escuelas los niños de jardines de infantes, primer grado inferior, primero superior y se­gundo, a la espera de un relevamiento del estado sanitario de escuelas y la población escolar.

En la ciudad 

Desde febrero, recuerda el texto, había alarma en el país por casos de parálisis infantil en distintas ciudades y en especial en Buenos Aires. Y desde hacía dos años, por mediación de la Municipalidad, una máquina espolvoreadora recorrió las calles efectuando una desinfección.

Las suspensiones de actividades fue­ron algo que se puso en práctica. Si bien no tuvieron el rigor de hoy, por ejemplo se recuerda la suspensión del campeonato de Baby Fútbol por parte de la Federación de Clubes Tarzanito, filial San Francisco, que era el ente organizador, como medida de prevención frente al grave brote de parálisis infantil que azotaba a la Capital Federal y otras zonas del país. Con esa resolución, la federación se solidarizaba con la campaña contra el mal y aconsejaba a los pequeños futbolistas a no arriesgarse.

La epidemia se extendió hasta 1957, con campañas de obtención de fondos, vacunaciones y tratamientos que en muchos casos fueron infructuosos.

En junio de 1957, se constituyó por segunda vez en San Francisco una filial de la Asociación de Lucha Contra la Parálisis Infantil (Alpi). La primera ha­bía sido en 1946. En el caso de 1957, la comisión se integró por: presidenta, Ofelia Baratelli de Scarafía; vicepresi­denta, Elena Carra de Uriburu; secretaria, Ariela de Depetris; prosecretaria, Ángela B. de Scassa; tesorera, Laura F. de Bottiglieri; protesorera, Yolanda P. de Pozzi; vocales: Sara de Minuzzi, Leonor Sema de Fornero, Dominga de Canalis, Angélica de Felizzia, Yolanda de Mattalía, Chela de Castellano, Emilia F. de Mariconde, María de Juárez del Campillo, Catalina P. de Remondino, Angelita G. de Doria, Otilia de Torres, Carmen F. de Fassi, Nelly R. de Asteggiano, Irma de Boffelli, Dora L. de Peralta, Margarita Felizzia, María de Mántaras, Justa de Romagnoli, María de Libedinsky, Elsa de Rossetto y Edith de Acebal.