En el marco de su visita a Estados Unidos, la presidenta Cristina Fernández respondió ayer, por primera vez en público, una pregunta sobre la inflación en Argentina. Fue en respuesta a estudiantes de la Universidad de Georgetown, en Washington, donde la Presidenta inauguró la Cátedra Argentina de esa casa de altos estudios.

La referida a la inflación fue tal vez su declaración más polémica de la jornada, ya que negó rotundamente que el aumento de precios haya sido del orden del 20 al 25 por ciento anual, como postulan numerosos cálculos privados o de provincias argentinas. “Si la inflación fuera del 25 por ciento, el país estallaría por los aires”, afirmó, para luego acusar a la oposición de tomar la inflación “como un tema político y no económico”.

“Si realmente la inflación fuera del 25 por ciento, y, si la pauta salarial fue, en promedio, del 25 por ciento, ¿cómo creció la economía al 8,9 por ciento en 2010 y al 9,2 por ciento el año pasado?”, se preguntó. Acto seguido, ratificó que la contención de precios no es el eje de su política: “Este modelo no tiene metas de inflación, tiene metas de crecimiento”, afirmó.

 

Sostuvo, además, que la información al respecto ha sido “tergiversada y desmentida”. Como prueba de que la inflación es la que calcula el Indec, remarcó que, en el presupuesto elaborado por la Ciudad de Buenos Aires, “en manos de uno de los principales opositores a las políticas oficiales, la tasa de inflación que se coloca es 10,8, en línea con el Indec”.

También puso en duda el cálculo oficial de inflación de Estados Unidos. Tras remarcar que el gobierno estadounidense “ha revoleado millones de dólares a los bancos”, en la mayor expansión monetaria del mundo, para afrontar la crisis, preguntó: “¿Ustedes creen que la inflación sea del dos o del tres por ciento”. “Es irreal”, se respondió.

Relación con la prensa. Otro tema sobre el que tuvo que explayarse ante las preguntas de los estudiantes fue la 
relación de su Gobierno con la prensa. Cristina negó que no dialogue con los periodistas. 
“Hablar, hablo todos los 
días. Con la prensa, hablo muchísimo cuando voy a actos”, aseguró.

Y de inmediato agregó que, en Argentina, “no hablar con la prensa es no decir lo que ellos quieren escuchar”.

“A algunos periodistas no les gusta cuando no respondo lo que ellos quieren”, afirmó, y aseguró: “Si no les gusta la respuesta que uno les da, (los periodistas) gritan, protestan y hasta patean una puerta”.

Dijo no creer que la gestión de un gobernante sea contestar a la prensa. “Lo que debe hacer un gobierno es garantizar la publicidad de sus actos”, afirmó. Y, a continuación, afirmó: “No debe existir una Presidenta que haya sido más descalificada, agraviada e insultada que esta Presidenta. Sin embargo, esta Presidenta fue la que envió el proyecto de ley para eliminar el delito de calumnias e injurias para los periodistas”.

Contra el FMI. Ante otra pregunta, referida a las críticas del Fondo Monetario Internacional sobre la medición oficial de la inflación en Argentina, Cristina formuló duros cuestionamientos.

Consideró que el FMI “es un árbitro a favor de los países desarrollados que causaron la crisis”.