El encuentro genera distintas expectativas por motivos que van desde el tratamiento que se le dará a la situación en Siria hasta el debut del flamante presidente iraní, Hasan Rohani, ante el plenario de líderes mundiales.

Los casi dos mil periodistas acreditados para cubrir la Asamblea General de las Naciones Unidas -cifra aportada por un miembro de la Organización destinado al área de prensa- son una muestra cabal del interés generado en torno a la cumbre, sobre todo si se los compara con los casi mil doscientos que cubrieron la pasada edición.

Las mayores expectativas en torno a la Asamblea General pasan por los debates y posturas que puedan exponer los representantes de distintos países frente al extendido conflicto en Siria y a la comprobada utilización de armas químicas.

Serán más de 130 los jefes de Estado presentes y unos 60 los cancilleres que participen de la Asamblea, según estimó la semana pasada el secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: un escenario robusto para un debate urgente sobre una situación que lleva más de dos años.

En ese contexto, la opinión pública internacional estará pendiente de las palabras del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, quien debió desistir de sus planes de atacar Siria, entre otras cosas, debido a la intervención diplomática de Rusia.