Las buenas experiencias del Programa de Crédito Argentino (Procrear) en sus comienzos, allá por el año 2012, que otorgaban a las familias la posibilidad de acceder a la casa propia pagando cuotas a 20 o 30 años con una baja tasa de interés, sirvió para que muchas familias confiaran tras el relanzamiento del programa en abril de 2016, ya con el gobierno de Mauricio Macri.

En esa oportunidad, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso la implementación de esta nueva modalidad de ahorro y de préstamos “con el potencial de cambiar radicalmente el acceso a la vivienda para las familias” en el país: los créditos UVA.

El instrumento nació con el propósito de “captar el ahorro de personas físicas y jurídicas o de titularidad del sector público para destinarlos a la financiación de largo plazo en la adquisición, la construcción o la ampliación de viviendas”. Pero algo salió mal. Los cálculos fallaron y hoy unas 700 familias de nuestra ciudad y la zona sienten el impacto del yerro político debiendo pagar el doble de cuota que hace un año y viendo como el capital de deuda crece en forma desenfrenada.

Por ello, ya algunos beneficiarios de nuestra ciudad que celebraron la posibilidad de tener la casa propia, en poco tiempo se vieron obligados a alquilarla o ponerla a la venta por el mismo monto que le deben al banco con el que negociaron el crédito.

La mayoría, en tanto, subsiste y hace malabares para poder afrontar cada mes el pago en medio de la ilusión de la sanción de una ley que anule el sistema de UVA para la actualización de los créditos y prohíba las ejecuciones de viviendas cuando se demuestre la imposibilidad de pago. Proyectos existen, aunque están cajoneados en el Congreso de la Nación.

El caso de Virginia

Virginia Giacardi es uno de los tantos casos testigos de la crueldad de estos créditos. Junto a su esposo obtuvieron un UVA en el Banco Nación y compraron una casa en barrio José Hernández que fue escriturada en mayo de 2018. El valor era de $2.112.000, a pagar en 16 años, pero en un año la deuda subió un 50 por ciento pasando a ser de $3.100.000. La cuota inicial que era de $16.800 en poco más de un año aumentó a $26.000.

Giacardi sostiene que todo se trató de una “promoción política por parte del gobierno que anunció junto con los bancos que podíamos tener una casa a pagar en treinta años. Por eso debe haber una solución política de parte de ellos”, dijo a El Periódico.

Se come el salario

El 6 de junio del año pasado, la UVA era de 23,87 puntos, teniendo un incremento interanual de 55,6 por ciento al día de hoy. Mientras, el Índice de Salarios que publica el Indec indica que de marzo de 2018 a marzo de 2019 el incremento fue del 37,3 por ciento, 18,3 puntos por debajo de la evolución de las UVA. Conclusión: las cuotas crecen por encima de lo que lo hacen los salarios.

Haciendo algo de revisionismo histórico, Macri explicó que la innovación financiera denominada en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) “permitiría disminuir rápidamente el déficit habitacional estructural y promovería el crecimiento económico y el empleo genuino, a través de una fuerte inversión en viviendas”. Buena música para los oídos.

El entusiasmo del Presidente, claro, contagió a la población. “Lo que pagamos hoy está lejos del costo de un alquiler que decía el gobierno que íbamos a pagar por mes por nuestra casa. No fue así”, resaltó.

El caso de Sebastián

Sebastián Picatti pagó la primera cuota de su crédito en julio de 2018. También fue por medio del banco Nación. Empezó pagando $5.400 y en la actualidad ese monto supera los $8 mil.

“La información que se dio es que no iba a ser tanto el incremento, se pensaba que se iba a poder bajar la inflación. El sistema no parecía malo pero la realidad fue otra. Yo fui por sistema de cambio de casa, tenía una que había comprado con el dinero de una indemnización que había cobrado por un accidente laboral. Pero la casa que tenía era chica, precaria y como iba a tener familia necesitaba una más cómoda”, narró Picatti, quien vive en barrio San Martín.

El caso de Emiliano

Emiliano Almada obtuvo un crédito Bancor para construcción en 2017. Tras el lapso de un año, mientras levantaba su casa, recibió el monto de la primera cuota en abril, la cual no superaba los $12.000. Actualmente abona $17.500.

“Me asesoré en el banco, me hablaron de que iba a ir aumentando la cuota por inflación, pero claro que pensamos que iba de la mano el incremento de la cuota con el del salario”, señaló el vecino de Palmares.

En su caso hipotecó un terreno, aportó 300 mil pesos de ahorro más su trabajo apoyando la construcción.

El caso de Cristian

Cristian Aguirre obtuvo su UVA Procrear en el banco Credicoop. “Escrituramos en julio de 2017 y empezamos pagando 5.550 pesos y estamos hoy en casi en 11 mil. Lo que particularmente me asusta es la deuda, que creció un 50 por ciento. Entre mes y mes aumenta entre 60 mil y 80 mil pesos la deuda, a ese ritmo”, afirmó.

Aguirre aclaró luego: “No sé si fuimos engañados, pero las ganas y esperanza que todo iba a cambiar estaban, que no se iba a desfasar todo. Particularmente voté a Macri, le creí, pero lamentablemente hasta que no estás en el crédito, no te cae la ficha. Al momento de firmar la escritura tenés que saber de economía, de política”, explicó.

Un grupo para que los escuchen

Hipotecados UVA Autoconvocados es un grupo en redes sociales que tiene su pata en la provincia de Córdoba, donde hay 10 mil afectados. Se presenta en Facebook como constituido por “familias hipotecadas con créditos UVA”. Sus integrantes aseguran que están “sobreendeudados y desesperados”. Por esa razón, se juntaron con el propósito de hacer visible la problemática que los desvela.

En la cabeza, todo el tiempo

Giacardi recordó que siempre se dijo que el monto de la cuota “no podía superar el 25 o 30 por ciento de los ingresos, y hoy en muchas familias supera el 40 por ciento. Por eso debe tener una solución política”.

Las UVA, vale precisar, equivalen a la milésima parte del costo promedio de construcción de un metro cuadrado de vivienda. El valor se actualiza a diario, en función de la variación del coeficiente de estabilización de referencia (CER), que se basa en el índice de precios al consumidor (IPC).

Y en el país donde la inflación no da tregua, pudo más la necesidad y el deseo de contar con la casa propia: “Ni hablar que fue el sueño, la necesidad de uno y la esperanza e ilusión de tener la casa propia, eso nos llevó a tomar estos créditos”, aclaró Picatti, quien confió que con todo esto “te levantás angustiado, lo mismo cuando te vas a dormir, con la esperanza de que haya solución y no llegar al extremo de que te quiten la casa”.

“No dejamos de pagar la casa, nos ajustamos en todo para pagar, ya no sabemos en qué ajustar”, coincidieron.

Sobre los nuevos créditos UVA lanzados hace una semana

El Gobierno nacional abrió el viernes 14 de junio la inscripción para poder acceder a una nueva línea de créditos Procrear, la que es mirada de reojo por los entrevistados.

“Estamos espantados y sabemos que mucha gente va a caer, porque nosotros queremos nuestras casas. Son exactamente lo mismo estos créditos lanzados. Indexa capital y en un año van a estar igual que nosotros debiendo el doble; además tiene una cláusula gatillo que si supera el 25 por ciento del sueldo se extiende la cantidad de años de pago y eso va a extender la agonía. Por eso repudiamos los nuevos créditos”, remarcó Giacardi.

“Nosotros somos un ejemplo concreto”, agregó Aguirre, quien recomendó leer la letra chica de los contratos.